El próximo miércoles, 19 de noviembre, tras el cierre de Wall Street, NVIDIA volverá a situarse en el centro del tablero financiero. La compañía publicará sus resultados del tercer trimestre del ejercicio fiscal 2026, un acontecimiento que podría desencadenar un nuevo impulso bursátil… o una corrección inesperada. El listón está tan alto que incluso un buen informe podría no bastar; la expectativa se ha convertido en su mayor aliada y, al mismo tiempo, en su mayor riesgo.
Crecimiento sólido, expectativas altas
Durante la última década, Nvidia ha pasado de ser un innovador en gráficos a erigirse como el faro de la revolución de la inteligencia artificial. Sus chips abastecen a Amazon, Microsoft, Alphabet y a prácticamente todos los actores relevantes del sector.
La empresa llega a esta cita tras una racha impecable: ha superado las previsiones de los analistas durante cuatro trimestres consecutivos, impulsada por crecimientos de dos y tres dígitos y márgenes brutos superiores al 70%.
¿Un futuro de 400.000 millones anuales sólo en chips?
La historia detrás de estas expectativas es la misma que sostiene su meteórico ascenso: una demanda que supera ampliamente a la oferta. Sus plataformas Blackwell y su sucesora, Rubin, se han convertido en el producto más codiciado del ecosistema de IA. Jensen Huang, CEO de Nvidia, ha reconocido que la compañía cuenta con pedidos por valor de 500.000 millones de dólares hasta finales de 2026, una cifra que ha sorprendido incluso a los analistas más optimistas.
La presión sobre la cadena de suministro es tal que Huang viajó recientemente a Taiwán para pedir a TSMC —su proveedor clave— que aumente la capacidad de producción de obleas. El mensaje fue claro: la revolución de la IA avanza más rápido de lo que se fabrican chips. Este apetito desbordante está respaldado por hiperescaladores como los grandes proveedores de la nube y por Meta Platforms, que han anunciado incrementos significativos en sus gastos de capital dedicados a infraestructura de IA.
Las cifras reveladas por Huang han llevado a varios analistas a revisar sus propios modelos. The Motley Fool subraya que, si Nvidia distribuyera esos 500.000 millones en cinco trimestres, estaría en condiciones de generar 400.000 millones de dólares anuales solo en chips, a los que se sumarían alrededor de 20.000 millones por otros negocios. Esto implicaría ingresos de 420.000 millones y, con márgenes actuales, ganancias de 218.000 millones.
Optimismo para el trimestre: ingresos superiores a los 55.000 millones
Por su parte, las grandes casas de inversión han ido afinando expectativas a medida que la compañía del Nasdaq sigue revelando pistas más que prometedoras sobre su potencial:
- UBS prevé que Nvidia volverá a superar las expectativas en este tercer trimestre fiscal, estimando ingresos de 56.000 millones de dólares, por encima de la guía oficial. Además, prevé márgenes brutos que situarían alrededor del 73,5% en el trimestre y hasta el 75% en el siguiente. El banco subraya además que la generación Blackwell concentrará más del 70% de los ingresos en 2025 y 2026, antes del despegue de Rubin en 2027. La creciente disponibilidad de inventario, pese a las tensiones de suministro, sería un catalizador adicional.
- Citi apunta a ingresos incluso mayores: 57.000 millones en este trimestre y 62.000 millones para el de enero. La firma recalca el reciente envío de 6 millones de GPUs, que interpreta como señal de un potencial alcista inmediato. Además, ha revisado al alza sus estimaciones de beneficios para los próximos tres años, en línea con un aumento global del gasto en infraestructura de IA.
- Wolfe Research identifica uno de los argumentos más contundentes: Nvidia tendría ya visibilidad de 500.000 millones de dólares en ingresos acumulados entre Blackwell y Rubin hasta finales de 2026. Según sus cálculos, solo en 2026 estos productos podrían generar 300.000 millones, un 20% por encima de sus modelos previos. Wolfe destaca asimismo el fuerte incremento del precio medio por chip —más del 50 % entre generaciones— como motor directo de mejora en márgenes. Su escenario base contempla un BPA cercano a 8 dólares en 2026.
- Bank of America considera que los 500.000 millones en pedidos de centros de datos apuntan, a un crecimiento del 50% en ventas y del 70% en BPA para 2026, también con un beneficio estimado en torno a 8 dólares por acción. BofA sostiene que las restricciones a China son un ruido de corto plazo sin impacto significativo en las estimaciones financieras.
En bolsa... momento de ¿comprar, vender o mantener?
Pero la euforia en cuanto a las previsiones financieras no eliminan el dilema bursátil: ¿qué hacer antes de unos resultados tan decisivos?
Durante los últimos años, el mercado ha respondido con entusiasmo al negocio más que consolidado de Nvidia: el valor acumula un 44 % de subida en lo que va de año, y un asombroso 1.500% en el último lustro, convirtiéndose en la empresa más rentable de los llamados Siete Magníficos. Su peso ya representa el 8% del S&P 500. Además, a finales de octubre alcanzó una capitalización de 5 billones de dólares, un hito sin precedentes en la historia empresarial.
Adria Cimino, de The Motley Fool, ofrece una guía sensata de cara a qué hacer como inversor:
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Si necesitas liquidez o buscas reequilibrar tu cartera, vender una parte para asegurar beneficios es razonable.
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Si tu posición está equilibrada, mantener es la opción más sólida: Nvidia sigue siendo un coloso con recorrido a largo plazo.
El análisis técnico también respalda esta tesis. El analista José Luis Cava considera que, mientras la acción de Nvidia se mantenga por encima de 183 dólares, la tendencia alcista sigue intacta. Una corrección, de producirse, sería limitada en el tiempo.
Por su parte, el consenso de Reuters es contundente: recomendación de compra generalizado, con un precio objetivo de 230,21 dólares, lo que supone un potencial de subida del 19%.