Pablo García, director general de Divacons-Alphavalue, explica que, aunque desde su firma mantenían una visión optimista del mercado y observa un exceso de pesimismo en el mercado. Destaca que algunos analistas sobrerreaccionaron ante una caída del Nasdq del 0,38%, interpretándola como señal de un posible cambio abrupto de tendencia.
Sin embargo, recuerda que la temporada de resultados empresariales ha sido extraordinariamente buena: las compañías estadounidenses han registrado un crecimiento de beneficios cercano al 15%, mientras que en Europa la mejora superó el 7%, muy por encima de los pronósticos iniciales que anticipaban caídas.
Añade que el S&P 500 encadena su mejor racha alcista de tres días desde mayo, con una subida acumulada del 3,5%. Además, noviembre, que preveían volátil, ha terminado cerrando en positivo y ha marcado siete meses consecutivos al alza, algo que no se veía desde 2021.
También destaca que los inversores institucionales han regresado al mercado impulsados por el FOMO (miedo a quedarse fuera) y que diciembre suele ser tradicionalmente uno de los mejores meses para la renta variable estadounidense. En ese contexto, el mercado descuenta con una probabilidad del 87,6% un segundo recorte de 25 puntos básicos por parte de la Reserva Federal el 10 de diciembre.
Pablo considera lógico que se produzcan tomas de beneficios puntuales y algo de volatilidad, especialmente con menos volumen y con el habitual “maquillaje” de carteras que realizan los gestores a final de año. Lo previsible, afirma, es que los valores con mejor comportamiento en el ejercicio —como bancos o metales y mineras— continúen liderando el mercado hasta el cierre del año. No obstante, la gran incógnita será 2026, ya que las valoraciones están elevadas, aunque las previsiones de beneficios siguen siendo sólidas.
Al hablar del sector defensa, señala que, aunque una posible paz entre Rusia y Ucrania podría provocar correcciones a corto plazo, el rearme global garantiza visibilidad a medio y largo plazo. Aun así, advierte que el mercado ha descontado escenarios extremadamente bélicos, por lo que ahora mantienen una postura más cautelosa: no están sobreponderados en el sector, pero tampoco han salido completamente de él.
En cuanto a la inteligencia artificial y los “Magnificent 7”, Pablo afirma que casi todas las grandes tecnológicas siguen siendo atractivas. Destaca el buen rendimiento de Alphabet-A, Palantir y Apple.
Aunque reconoce dudas sobre algunos detalles contables en empresas de IA, considera que en general los resultados han sido sólidos. Prefiere centrarse en las grandes compañías, más estables y con liquidez, antes que en firmas pequeñas muy endeudadas que podrían sufrir más. Concluye que la IA seguirá siendo un catalizador clave y que las grandes tecnológicas continúan en una posición privilegiada.