Tras un inicio de año marcado por el optimismo en Europa, impulsado por valoraciones atractivas y una recuperación económica sólida, el panorama global ha cambiado drásticamente con el regreso de la volatilidad. La llegada de Donald Trump a la Casa Blanca ha reactivado tensiones comerciales y fiscales, generando un entorno de incertidumbre que afecta a los mercados internacionales.
En este contexto complejo, las gestoras se apoyan con más ímpetu que nunca en el análisis fundamental para identificar oportunidades a medio y largo plazo, más allá de las turbulencias del corto plazo. Pero, sobre todo, la clave fundamental para cualquier inversor sigue estando en tener un plan de largo plazo, estar bien asesorado y apostar por una cartera diversificada, tanto por tipo de activo como por región geográfica. No se trata de seguir modas o reaccionar a los eventos de los últimos tres meses, sino de mantener una estrategia de inversión a largo plazo, bien asesorada y coherente con los objetivos personales.
Por otro lado, la integración de criterios climáticos en la selección de activos se ha convertido en una prioridad para muchos inversores. La transición hacia una economía baja en emisiones es irreversible, pero su desarrollo desordenado podría aumentar los riesgos asociados a la renta variable. Construir carteras resilientes al impacto de los riesgos climáticos —físicos y de transición— es, por tanto, una estrategia prudente y con visión de futuro.
A nivel geográfico, en particular, la renta variable europea ha mostrado un mejor comportamiento relativo frente a la estadounidense, favorecida por factores como el adelanto en la bajada de tipos por parte del BCE y las expectativas de mayor inversión en defensa e infraestructuras. A pesar de las tensiones derivadas de los aranceles de EE.UU. y las medidas fiscales alemanas, el apetito por activos europeos se mantiene.
Más allá de Europa y EE.UU., los mercados emergentes ofrecen valoraciones más atractivas y menores niveles de inflación. Esto ha llevado a muchas firmas a aumentar su exposición a estos mercados dentro de su asset allocation. Además, la inversión temática con enfoque sostenible ha demostrado ser rentable, generando retornos competitivos tanto en términos absolutos como relativos. Esta experiencia ha fortalecido la convicción de que se puede gestionar de forma responsable sin sacrificar rentabilidad, lo que ha impulsado a algunas gestoras a presentar su propuesta de valor a inversores en España.
En paralelo, la gestión pasiva, especialmente a través de ETFs, sigue ganando protagonismo. Su capacidad para acceder a megatendencias como la inteligencia artificial, la defensa o la digitalización, con una alta segmentación y claridad, compensa la ausencia de ventajas fiscales respecto a los fondos de inversión tradicionales. En un entorno volátil, los ETFs se posicionan como vehículos eficaces para quienes buscan exposición diversificada a largo plazo con criterios éticos y de rentabilidad equilibrada.
En este punto, lo cierto es que el objetivo de muchos inversores, tanto minoristas como patrimonios más elevados, es vivir de las rentas o maximizar el patrimonio sin asumir grandes riesgos. Para quienes buscan productos de inversión con bajo riesgo, una opción interesante son los fondos de rentabilidad objetivo, que ofrecen cupones anuales y una rentabilidad adicional al vencimiento del fondo. Estos productos están diseñados para inversores conservadores que desean obtener un rendimiento estable sin exponerse a la volatilidad de la bolsa. En Estrategias de Inversión publicamos mensualmente un listado actualizado con los fondos más atractivos en esta categoría, priorizando aquellos con mayor yield.
Con todo, y a pesar de la disponibilidad de estas alternativas, muchos inversores conservadores siguen optando por los depósitos bancarios. Y es comprensible: son fáciles de entender, percibidos como seguros y no requieren gestión activa. Sin embargo, su rentabilidad suele ser muy limitada, especialmente en un entorno de tipos a la baja. Frente a esto, los fondos de renta fija a vencimiento representan una alternativa sólida para quienes desean proteger su capital frente a la inflación y obtener un rendimiento superior. En Ei, actualizamos cada mes las mejores oportunidades en fondos de renta fija a vencimiento, seleccionando aquellos que aún ofrecen yields superiores al 5% o 6%, aunque advertimos que estas rentabilidades disminuyen progresivamente conforme los tipos de interés siguen bajando.
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