A finales del año pasado el pueblo estadounidense volvía a decir que sí a Donald Trump con su lema “Make America great again”. El inicio de su segundo mandato frente a la Casa Blanca fue bien recibido por los mercados, sobre todo para las criptomonedas. Pero la puesta en marcha de la guerra arancelaria en inicios de este mes a todo el mundo fue como un clavo ardiente para Wall Street. Sin olvidar los persistentes temores previos a una recesión en EE.UU.
Según Yahoo Finance, hasta el cierre del martes, el S&P 500 ha caído alrededor de un 7.3% desde la investidura de Trump, lo que marca el peor inicio para los inversores de un nuevo presidente desde la década de 1970, cuando tanto Richard Nixon (al comenzar su segundo mandato) como Gerald Ford (cuando asumió el cargo tras la renuncia de Nixon) experimentaron mayores pérdidas iniciales.
Trump promocionaba su denominado “efecto Trump”, el cual impulsaría las acciones al alza. Algo que todavía no hemos visto. Aunque sus asesores han señalado que esto forma parte de su plan o de un “breve periodo de transición”, el cual revertirá la caída a medida que la economía se ajusta a sus aranceles. Los cuales han traído una intensa discusión con países tratando de buscar acuerdos con Washington u otros haciendo frente. China es el claro ejemplo de esto último y el gran bastión que busca derribar el gobierno estadounidense a toda cosa.
Los mercados están expectantes a ver la resolución entre estas dos grandes potencias, ya que una no es nada sin la otra económicamente hablando. Ejemplos de ello fue el cese de las importaciones de cerdo de EE.UU. por parte de Pekin, lo que ha impactado a numerosos productos del sector. Los cuales fueron afines a la doctrina de Trump durante las elecciones.
A lo largo de todo esto, Trump ha reaccionado a los hechos tratando de minimizarlos. Mientras el mercado ha respondido de forma abrupta.
Trump paso a paso
Trump anunciaba el pasado 2 de abril como el “Día de la liberación” con un cartel donde señalaba los aranceles a cada país, siendo China uno de los mayores afectados con el pasar de la semanas.
Wall Street acuso una fuerte caída y Trump decía que esto era de esperar. Mientras se refería a la economía de EE.UU. como "un paciente enfermo que fue operado el Día de la Liberación, y va a ser un país en pleno auge... solo tenemos que darle un poco de tiempo".
Trump incluso ha sugerido que estas caídas podrían ser una herramienta de negociación, sobre todo para aquellas firmas con un gran impacto para su futuro.
Posteriormente, el 17 de abril insistía con la imposición de aranceles si no lograba llegar a acuerdos. "Puede que el mercado o el país lo consideren demasiado alto, y entonces volverán a negociar", añadía Trump.
Incluso se ha llegado a considerar que esto podría haber sido una maniobra intencional para presionar las acciones a la baja con tintes de información privilegiada. Trump respondió a la prensa que eso no era cierto.
Miembros de su gobierno ha tratado de minimizar el impacto de la guerra arancelaria. El pasado 10 de abril, el secretario del Tesoro, Scott Bessent, dijo que "no vio nada inusual" en la liquidación de 1.000 puntos del Dow Jones ese día.
Además ha señalado el caso de DeepSeek, la inteligencia artificial china desarrollada con bajo costo, como los causantes de la corrección. "Mucho de lo que hemos visto ha sido simplemente una liquidación idiosincrásica del sector tecnológico", señalo en Fox.
El pasado 21 de abril, Trump relacionaba las pérdidas de ese día con el sector sanitario, diciendo: “Hoy han recibido un mal informe de una de las empresas sanitarias que impactó en el mercado bursátil, pero no se trata de eso”, refiriéndose a los resultados presentados por Unitedhealth Gro.
Pero a eso debemos sumarle las caídas del S&P 500 y NASDAQ 100 con un 2.3% y 2.5% respectivamente, cuando Trump se refería al presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, como “un gran perdedor”.
Sin olvidar a su predecesor, Joe Biden, por la debilidad del mercado. "Creo que gran parte de la caída del mercado bursátil se debió a los cuatro años realmente malos que tuvimos", declaró Trump el 13 de marzo.
El pasado 9 de abril fue el mejor día en años para Wall Street ante la pausa de 90 días para los aranceles recíprocos, excepto a China.
Con la finalización de los primeros 30 días de la prorroga, los analistas y empresas muestran perspectivas dispares con respecto a este teman común y su relación con la administración actual.
¿Los aranceles irán al consumidor?
Amazon fue acusada en un informe de Punchbowl News de querer trasladar los aranceles hacia los consumidores. "El equipo que gestiona nuestra tienda de ultra bajo costo Amazon Haul consideró la idea de incluir los cargos de importación en ciertos productos", declaró el portavoz de la firma, Tim Doyle, en un comunicado. "Esto nunca se aprobó y no va a suceder".
Trump se comunico personalmente con Jeff Bezos, fundador de Amazon, para tratar el tema. Tras lo cual en una rueda de prensa ha señalado que "Jeff Bezos es muy amable. Fantástico. Resolvió el problema muy rápidamente. Hizo lo correcto. Una buena persona".
En declaraciones a principios de este mes en CNBC, el director ejecutivo de Amazon, Andy Jassy, ​​declaró al ser preguntado sobre los aranceles: "Haremos todo lo posible para mantener los precios lo más bajos posible para los clientes".
"Compartimos con ellos diferentes... aspectos que consideramos importantes para los consumidores, aspectos que consideramos importantes para las empresas... También mantenemos conversaciones sobre aranceles. Y compartimos algunas de nuestras preocupaciones, y ellos las conocen", añadió Jassy.
Incluso hay una excepción de aranceles a productos por menos de 800 dólares, lo que deja fuera a productos más costosos como podría ser un iPhone.
¿Exenciones para el sector automovilístico?
Un informe de The Wall Street Journal ha señalado que la Casa Blanca planea implementar exenciones sobre otros aranceles relacionados a los fabricantes de automóviles como al acero o aluminio. Aunque permanecen los aplicados a ese sector en concreto.
La medida sería retroactiva, según las fuentes, lo que significa que los fabricantes de automóviles podrían recibir un reembolso por los aranceles ya pagados, según el Wall Street Journal.
Los aranceles sobre autopartes, que entrarán en vigor el 3 de mayo, también se reembolsarán "hasta un monto equivalente al 3.75% del valor de un automóvil fabricado en Estados Unidos durante un año", y luego al 2.5% al año siguiente, antes de su eliminación gradual.
General Motors retraso su conferencia telefónica tras los resultados del primer trimestre 2025 para el jueves ante la expectativa de la implementación de esta medida.
Un repunte sin fundamentos
Wall Street ha mostrado un repunte pero el estratega de Bank of America Michael Hartnett ha recomendado vender porque no se dan las condiciones para ganancias sostenidas.
“El dólar se encuentra en medio de una depreciación a largo plazo, mientras que el alejamiento de los activos estadounidenses tiene un futuro por delante”, según el equipo dirigido por Hartnett. La tendencia continuará hasta que la Reserva Federal comience a recortar las tasas de interés, EE. UU. alcance un acuerdo comercial con China y el gasto del consumidor se mantenga resiliente.
“La actual operación desfavorable es, sin duda, una estrecha presión al alza, liderada por los Siete Magníficos, en las acciones y el dólar estadounidenses”, escribieron los estrategas en una nota.” Una ruptura decisiva de los niveles clave actuales de soporte y resistencia (Estimados en 5.690 para el S&P 500, cerca de la media móvil de 50 semanas) dependería de que se cumplan estas condiciones”, afirmaron.
Un final abierto
Podríamos señalar que los aranceles nos dejan un final abierto ante las idas y vueltas por parte de Donald Trump. Por un lado aprieta el acelerador, para después poner el freno y retroceder cuando los afectados levantan su bandera de guerra.
Wall Street seguirá moviéndose al ton y son de las decisiones de la Casa Blanca que podrían conducir o no a punto de equilibrio para la economía global y cierta estabilidad para la bolsa estadounidense.
Pero la clave siempre será el resultado de sus acuerdos con China, ya que sigue siendo la fábrica a nivel mundial.