Hacienda somos todos. Y lo podemos comprobar en el gravamen de la compra y de la venta de acciones. Lo mejor, que no tenemos que hacer nada, porque la fiscalidad es directa. Lo que siempre debemos conocer con detalle es cómo nos afecta, de forma que, tanto cuando adquiramos valores en la bolsa española y cuando los enajenemos, sepamos cómo nos implica de cara a la contabilización de las plusvalías y también las minusvalías.
Os vamos a contar, qué se lleva Hacienda, cuanto supone el corretaje de los intermediarios que realizan la operación, cómo afecta la denominada popularmente como Tasa Tobin a la hora de comprar determinadas acciones y cuáles son las afectadas y a cuánto asciende la fiscalidad de las plusvalías que obtengamos en el mercado.
Lo primero que debemos tener más que presente de cara a fin de año, es que tanto si en nuestra cartera comprada, sin vender las acciones, tanto las plusvalías como las minusvalías que presenten sobre el papel, de cara a Hacienda no significan nada. Mientras no vendamos nuestras acciones y las dejemos correr en el mercado no suponen ni aumentos ni reducciones en nuestra cuenta corriente. Algo que parece evidente, pero que quizá, no lo sea tanto.
Pero partamos por el principio. Imaginemos que queremos comprar acciones y que nunca lo hemos hecho. Aquí lo inicial es saber que, además del importe total de la compra debemos pagar el corretaje, que dependerá del intermediario. Ese dinero se restará luego, también en la venta cuya cuantía será parecida de ese canon y de las cuotas a los intermediarios, para calcular nuestras plusvalías.
Eso sirve para cualquier operación al comprar y al vender. Y se añadirá la denominada y conocida popularmente como 'Tasa Tobin' en determinadas compras de valores.
Se trata del Impuesto sobre Transacciones Financieras, que entró en vigor el 16 de enero de 2021 y que grava la compra de todas aquellas acciones cuyas compañías presenten un valor bursátil superior a los 1.000 millones de euros en su capitalización.
Y se calculan, por valor de mercado, antes del cierre del pasado ejercicio. En total, 58 compañías son las gravadas este año, para aquellas empresas con capitalización bursátil superior a los 1.000 millones de euros, en datos de la Agencia Tributaria., que grava con un 0,2 % las operaciones de compraventa de acciones de empresas españolas.
Ya tenemos, por tanto lo que nos supone la compra de acciones, veamos qué se lleva Hacienda cuando vendemos nuestras acciones y obtenemos réditos de esa venta.
Aquí la fiscalidad es la siguiente, que recordemos, se aplica sólo sobre las ganancias netas que obtenemos, y no sobre el importe total de la venta. Y son tratadas como ganancias y pérdidas patrimoniales.
Si hemos obtenido plusvalías, en la próxima declaración de la renta, la que debemos hacer el año que viene sobre 2025, hasta 6.000 euros de beneficio con la venta de acciones, el tipo que se nos aplica es del 19%.
Con ganancias en un rango de entre los 6.000 y los 50.000 euros acumulados en el año, el tipo impositivo es del 21.
Si suben las plusvalías hasta los 200.000 euros, hablamos de un tipo que se aplica del 23%. Y si supera esa cantidad sin tope alguno, será del 26%.
Pero de cara a fin de año, debe saber que esas ganancias se pueden compensar con minusvalías de venta de otras acciones. Si hemos vendido a la baja y no hemos obtenido ganancias en la operación, estas se pueden 'guardar' para compensar, en los años posteriores, las plusvalías que obtengamos, algo que el fisco sí nos deja hacer, en los cuatro ejercicios siguientes.
Y si de lo que hablamos es de dividendos, las remuneraciones a los accionistas se tratan de rendimientos del capital mobiliario, en el caso del efectivo. Y desde 2015, los dividendos tributan en su integridad, ya que antes de esa fecha había una exención de 1.500 euros.
En el caso de que la cuantía de los dividendos alcance hasta los 6.000 euros, el tipo a aplicar será del 19%. Si hablamos de remuneraciones al accionista de entre 6.000 y 50.000 euros, será del 21%. Una cifra que avanza hasta un gravamen del 23% entre los 50.000 y los 200.000 euros de dividendo.
Entre 200.000 y 300.000 euros será del 27% la tributación y si supera los 300.000 euros, del 28%. Una cifra, esta última, que subirá al 30% en su gravamen en la declaración de 2026.
Si se cobra como script dividend, dividendo en acciones, solo tributan al fisco si las hemos vendido en el pasado ejercicio, como títulos normales, mientras que, si lo vendemos en el mercado son derechos de suscripción cuya fiscalidad es como la de las acciones.