Los coches se exponen en una página web diseñada por el propio Gobierno y con un precio fijo equivalente al de los concesionarios de kilómetro cero.
De esta forma, Alemania ha logrado vender vehículos por 47.000 euros cuando un año antes los compró por 49.200 euros, por lo que han disfrutado de un vehículo de alta gama durante un año a un precio de poco más de 2.000 euros, según ha informado este martes el periódico El Mundo.
La razón por el que Alemania adquiere estos vehículos a un precio tan asequible se debe a que tiene fijado un tope presupuestario que no se puede superar. A las marcas fabricantes este precio no les impide vender los coches porque el hecho de ser utilizados por la Administración les genera una importante publicidad.
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