La clave para obtener una inversión redituable a largo plazo está arraigada en mantener una estrategia disciplinada. Los principales, pero contrastantes enfoques de inversión, son el Valor y el de Crecimiento. La inversión de valor implica la compra de acciones sub-valorizadas y tales descuentos pueden identificarse utilizando múltiplos (de beneficios, flujo de efectivo y valor contable). La inversión en títulos de Crecimiento implica comprar a las empresas que experimentan un crecimiento superior a la media en los ingresos y se identifican con altos márgenes de rentabilidad y rentabilidad sobre el patrimonio. Debido a su inherentemente mayor apalancamiento operativo, históricamente el desempeño de los títulos de valor ha sido superior a los de crecimiento antes de un cambio en el ciclo de beneficios (con una ventaja de aproximadamente dos años). A medida que el contexto macro global mejora, se aprecian indicios de una mayor demanda de acciones de Valor a medida que los inversores tratan de capitalizar la recuperación de la actividad económica mundial.

Durante la década pasada ha habido una preferencia por los títulos de Crecimiento, lo que lleva a los inversores a cuestionarse sí aún valen la pena los títulos de Valor.



El valor en los títulos por sector
Los índices sobre títulos de Valor tienen una mayor ponderación sobre el sector financiero y energético que los índices sobre títulos de Crecimiento. Las acciones del sector tecnológico y de consumo discrecional componen son los mayores ponderadores en los índices de Crecimiento.
 

La caída de los precios del crudo y las dificultades en el sector bancario desde la crisis financiera internacional, provocaron un período de desaceleración de los ingresos entre los sectores financieros y de energía orientados al valor. Por otro lado, las  acciones de tecnología y consumo discrecional mostraron beneficios más fuertes y consecuentemente los inversores han aumentado la exposición a estos títulos de Crecimiento desde 2008. Es por ello que la selección de sectores específicos fue en gran parte responsable de la preferencia por los títulos de Crecimiento. Si bien no creemos que haya habido un deterioro en los fundamentos de la inversión de Valor, su estilo ha sido impopular debido a razones específicas del sector. Durante la época de las punto com de finales de los 90, los inversores de valor sufrieron mucho, ya que padecieron la caída de las acciones tecnológicas cuya ponderación era de casi el 50% del índice sobre títulos de Crecimiento global MSCI. Sin embargo, a medida que la burbuja se desinflaba, el peso del sector tecnológico se redujo a alrededor del 20% y los títulos de Valor recuperaron su atractivo.
 

El sentimiento ha jugado un papel en el cambio de estilo desde 2008, ya que los inversores han estado expuestos a la fuerte influencia banco centralista de tipos de interés negativos, precios más bajos de las materias primas y menores expectativas de crecimiento económico. Bajo este escenario, los inversores han recurrido a las acciones de Crecimiento y captación de rendimientos a través de bonos relacionados a los sectores de Valor (servicios públicos, telecomunicaciones, inmobiliario) y de Crecimiento (bienes de consumo y salud).



 

Los títulos de Valor a precio de ganga, pero no por mucho

Las acciones de Valor se están negociando a su nivel histórico más bajo en comparación a las de Crecimiento. Al analizar los ratios P??/B de las acciones en Estados Unidos, Europa y Japón, encontramos que la brecha entre la parte más barata del mercado de acciones global y la más cara, es actualmente la mayor desde 1986. Esto sugiere que las acciones de Valor se están negociando a niveles bajísimos en comparación a los títulos caros de Crecimiento. La última vez en que se constató una brecha similar, fue durante la burbuja tecnológica de finales de los 90 y antes de la crisis financiera internacional de 2008.


 

Los títulos de Valor se beneficiarán de los tipos de interés más altos

Los sólidos datos económicos de Estados Unidos y las políticas Pro-crecimiento que la administración Trump piensa llevar adelante, han generado unas expectativas de una mayor inflación y tipos de interés. Un incremente ahora en diciembre es casi una certeza y dichas expectativas son similares de cara al año que viene. Esperamos que los títulos de Valor se beneficien mientras continúa el ciclo de alzas en los intereses en EE.UU. Esto se debe a que la historia muestra que, entre 6 y 12 meses después del inicio de un ciclo de subida de los tipos en EE.UU, el desempeño de los títulos de Valor ha superado a los de Crecimiento.


 

Actualmente estamos viendo signos tempranos de que los títulos de Valor superan a los de Crecimiento, ya que la retórica para los aumentos adicionales de los intereses en 2017, es similar a la de 1986, 1999 y 2004.

 

Los factores macro respaldan una reversión a la media de precios de los títulos de Valor

La trayectoria de los rendimientos de los bonos en Estados Unidos y Europa tiene una fuerte relación con el diferencial de valoración relativa entre los títulos de Valor y Crecimiento, basada en la relación de Precios/Beneficios (P/E). El reciente aumento de los rendimientos de los bonos provocado por la demanda de activos de riesgo tras la victoria presidencial de Trump, ha sido seguido de cerca por la mejora del desempeño de los títulos de Valor frente a los de Crecimiento. Esperamos que esta tendencia continúe beneficiando a las acciones de Valor, ya que desplazan a las operaciones defensivas de los bonos hacia los títulos de Valor más orientados cíclicamente. Además, esperamos que al acentuarse la curva de rendimientos, las acciones del sector financiero se beneficien debido a que en buena parte pertenecen al sector accionario de Valor.    

 


 

Fundamentos intactos aunque los riesgos siguen latentes

A pesar de la prolongada etapa de bajos rendimientos de los títulos de Valor desde la crisis financiera global, creemos que los fundamentos permanecen intactos. El cambio cíclico de los inversores hacia estos títulos refleja el desempeño de los principales sectores subyacentes dentro de ambas clases de acciones. Si bien los títulos de Crecimiento y Valor no están negociándose a un descuento significativo entre sí, los de Valor claramente cotizan con un descuento sin precedentes con respecto su spread histórico. Los inversores están volviendo a aumentar su exposición ante la evidente fuerte reversión en el rendimiento de los títulos de Valor en 2016. A lo largo del tiempo hemos observado que el viraje hacia los títulos de Valor es un buen indicador para predecir el crecimiento de los beneficios corporativos. El cambio observado actualmente hacia estos títulos, es un precursor de una mayor recuperación.

 

Si bien la mejora de los datos macroeconómicos globales respalda el desempeño de los títulos de Valor, reconocemos que sigue latente el riesgo a que el mercado descuente en exceso el ciclo de aumento de intereses y la recuperación de la dinámica de los beneficios. También seguimos siendo extremadamente cautelosos de la euforia que rodea la victoria de Trump y permanecemos inciertos de su capacidad de poner en práctica todas sus políticas del pro-crecimiento que son sujetas a aflojar el límite de endeudamiento de EEUU. Además, la reversión de las operaciones de bonos hacia los sectores de Valor tales como los servicios públicos, las telecomunicaciones y los inmuebles, podría afectar negativamente al desempeño de las acciones de Valor. A pesar de estos riesgos latentes, mantenemos nuestra postura que de que las acciones de Crecimiento han ido más allá de lo que deberían y los títulos de Valor ofrecen puntos de entrada atractivos presentando un potencial de recuperación significativo.