Cuando identificamos una corrección a contratendencia, el uso de los retrocesos de Fibonacci es una herramienta que nos permite clasificar dicho movimiento como un mero rebote o como una tendencia con identidad propia.

Los retrocesos se componen tradicionalmente de tres niveles de control, niveles que funcionan como punto de resistencia ante rebotes alcistas, y viceversa, que se comportan como potenciales puntos de soporte ante rebotes o correcciones bajistas. Estos niveles de control, o también denominados en el argot “retrocesos”, se calculan a partir de la diferencia existente entre el punto máximo y mínimo de una tendencia previa, en base a dicho dato calculamos los tres puntos correspondientes al 38,2%, 50% y 61,8% que la dividirán y nos ayudarán a reconocer si el rebote se convierte en tendencia.

IAG en gráfico diario mostrando retrocesos de Fibonacci de una tendencia previa alcista

Fuente: Visual Chart y elaboración propia.

Rebotes en torno al 38,2% (ver gráfico superior) se consideran rebotes que no afectan a la tendencia predominante anterior por lo que no supone ningún cambio de tendencia. Por su parte, un rebote a la zona del 61,8% de la tendencia previa se puede considerar un cambio de tendencia una vez se haya superado al alza (rebote alcista) o a la baja (rebote bajista).
 
IBEX 35 en gráfico de 15 minutos mostrando retrocesos de Fibonacci de una tendencia previa bajista

Fuente: Visual Chart y elaboración propia.

Los ejemplos anteriores muestran diferentes rebotes, en diferentes escalas temporales y en diferentes retrocesos. IAG bajo una corrección menor de una tendencia alcista previa y el IBEX 35 en escala intradiaria a punto de superar el 61,8% y dar lugar a una nueva tendencia: ¿Consideráis útil la utilización de los retrocesos de Fibonacci para determinar si un rebote se convierte o no en tendencia?¿Qué otros indicadores utilizaríais para confirmar la señales proporcionadas por los retrocesos de Fibonacci?¿Cómo afectaría un aumento de la volatilidad al estudio de los retrocesos?