Estos datos y tendencias se reflejan en los mercados bursátiles a través de compañías sin endeudamiento, que generan beneficios constantes y que venden unos productos con altísimo margen (estamos hablando de márgenes operativos de entre el 15% y el 20%). Forman parte de una industria con tremendas barreras de entrada (se tarda unas 18 horas en fabricar un bolso de lujo, es decir, más tiempo que en la producción de un coche de gama alta) y con rentables movimientos corporativos como el de Louise Vuitton y Hermés.
Los precios de los bienes de lujo aumentan mucho más rápido que el IPC y las compañías tienen poder de fijación de precios debido a esas barreras de entrada que hace muy difícil que entren nuevos jugadores (se suele tardar muchos años y mucho dinero para construir una marca de lujo). Además, son compañías que apenas tienen deuda en sus balances y la mayoría son generadoras de caja netas, y en tiempos donde el endeudamiento se mira con lupa, es un factor muy a tener en cuenta.
¿Cómo podemos jugar la baza de éste sector?, actualmente hay algún fondo de inversión que invierte exclusivamente en compañías de bienes de lujo o sino puede ir directamente al mercado bursátil comprando títulos. Citando a la famosa empresa Louis Vuitton (LVMH), lleva una rentabilidad acumulada en el 2010 de +49% que bien contrasta con nuestro maltrecho Ibex-35 que lleva una caída del -22%.
El ignorar la inversión en compañías de bienes de lujo es, y valga la redundancia, un lujo que no nos podemos permitir.