El pasado 23 de enero, el selectivo germano tocó sus máximos en 13.597 puntos y en los siguientes ocho días llegó a experimentar una caída del 7%. Más se dejó el S&P 500 que desde sus máximos en enero ha llegado a perder más de un 10% llegando así a zona de corrección técnica.

Si hay que posicionarse a favor de la renta variable o la estadounidense, parece que estos dos índices pueden ser dos soluciones adecuadas, ya que representan dos indicadores claros de la bolsa de los dos continentes. Los expertos de Deutsche Bank creen que hay muchas razones para apostar por la bolsa alemana.

Por un lado, el DAX está teniendo problemas para superar sus máximos del 2000 y del 2015 y, además, ha corrido menos que su rival americano. “Y aunque el índice se encuentra aproximadamente en el mismo nivel que en el año 2000, las compañías están obteniendo unos beneficios tres veces mayores y pagando más del doble en dividendos”, señalan estos expertos.

A la firma no le preocupa la fortaleza del euro. Señalan que la Unión Europea absorbe el 60% de las exportaciones del país y, de hecho, creen que son las empresas de este país las que más se van a beneficiar de la mejora económica de la eurozona y de su aumento de la demanda.

Comentan que la Zona Euro podría terminar por segundo año consecutivo en 2018 mejorando la tasa de expansión económica de Estados Unidos.  Eso sí, consideran que el afán del presidente americano de aumentar el proteccionismo podría afectar al comercio global y, cómo no, también a las empresas americanas.

En este entorno, estos analistas consideran que el DAX podría alcanzar los 15.000 puntos gracias, sobre todo, a un constante aumento de los beneficios empresariales que este año van a aumentar alrededor de un 8% y eso a pesar de la divisa. Esto va a permitir que a pesar de las subidas de este año –que podrían llevar al índice a 14.100 puntos-, no se va a experimentar en la bolsa alemana una expansión de múltiplos.

 

Indican en la firma de inversión alemana que Estados Unidos cotiza a una valoración más elevada. “Como resultado, su PER está ahora –incluso tras la corrección- un 17% por encima de su media de 15 años, mientras que este porcentaje es solo de un 9% en el caso del DAX”. Además, indican que el diferencial del índice americano con el alemán ha cotizado cerca de sus máximos de las últimas décadas”, indica.

Comentan en los expertos que “ha habido tres fases largas en los últimos 25 años en los que el DAX lo ha hecho significativamente mejor o peor que el S&P 500”. Por el momento, dicen, es demasiado pronto para juzgar si la consolidación de los dos últimos años marca el final de un periodo de 10 años en el que el comportamiento del S&P 500 ha sido mucho mejor”.

Como conclusión, en la entidad explican que ven al DAX más cerca de los 15.000 puntos que de los 10.000. Señalan que “las subidas en bolsa no sólo estarán ancladas al aumento de los beneficios, sino también al reparto récord de dividendos. Se espera una rentabilidad por dividendo del 3%, lo que apoyará a la renta variable en el medio plazo