Esto ocurre porque gran parte de los medios de comunicación han puesto más énfasis en resaltar los escándalos que han acompañado a su desaparición que a la quiebra en sí. Todo lo relativo a las dietas y las tarjetas Black, junto a los créditos a “amiguetes” y las indemnizaciones millonarias, han ocupado diez veces más espacio en la noticias que los motivos que provocaron la desaparición de algunas cajas
Si pudiéramos sumar todas las cantidades que se han “esfumado” de las cajas por apropiación indebida, “chorizadas” y cobros seudo-legales estoy convencido que no se alcanzaría siquiera el 1% de lo que nos ha costado a los españoles rescatar las cajas. Los robos, expolios y aprovechamientos que los directivos y consejeros de las cajas han cometido no son los que han causado la quiebra, pero han sido actuaciones deleznables, despreciables y miserables, por una razón principal: la mayoría se produjeron cuando las cajas ya estaban heridas de muerte y ellos sabían que muchos de sus clientes iban a tener problemas para recuperar sus ahorros.
Tradicionalmente, los bancos y cajas se han dedicado a captar depósitos y conceder préstamos. Cuando las cajas empezaron su expansión, se dieron cuenta que en las nuevas oficinas tenían una gran demanda de crédito, pero los depósitos eran más difíciles de conseguir. Pero esto fue solucionado pidiendo dinero a la banca europea que se lo prestaba a un bajo tipo de interés. El negocio estaba claro, todo era cuestión de dar muchos créditos y pedir dinero a Europa. Esto funcionó muy bien hasta que llegó la crisis. Cuando esta llegó, se dieron cuenta que muchos clientes no podían devolver los prestamos y, para no dañar su imagen ni sus beneficios, se dedicaron a renovar los créditos sin aportar mayores garantías, pero entonces no podían devolver el dinero que debían a los bancos europeos. La solución que le dieron fue empezar a emitir preferentes y cuotas participativas para conseguir fondos.
Los directivos pensaban que esta crisis iba a ser tan corta como las anteriores y por lo tanto lo importante era aguantar hasta que escampara, como la crisis se iba alargando, el problema cada vez era mayor. En esta situación, el Banco de España debería haber intervenido para solucionar el problema, pero ¿ quien era el guapo que levantaba las alfombras, cuando Zapatero y todo su Gobierno decía que la banca española era la mejor del mundo?. El Gobierno y el Banco de España cometieron el mismo error que los directivos de las cajas: pensar que la crisis duraría poco, y como España tenia una deuda pública muy baja se podría aguantar hasta que pasara la crisis. La crisis seguía y cada vez más clientes no podían pagar sus préstamos.
Las cajas renovaban y renovaban las operaciones, saltándose todas las reglamentaciones, hasta un punto en el que el Banco de España tuvo que intervenir, pero ya era tarde, las cajas tenían tal cantidad de porquería en sus tripas que la única solución era liquidarlas.
Este escrito puede tener varios errores y falta de aclaraciones en algunos temas, pero he querido exponer las cosas para que sean entendidas por la mayor cantidad de lectores posible.
Pedro Morante Gutiérrez ( ex directivo de Banca)