Otra fuente de preocupación es la precariedad de los nuevos contratos. Sólo un 7,6% de los puestos creados en noviembre fueron permanentes. En un año, se han destruido 298.000 empleos permanentes, mientras un 33% de los 849.650 nuevos contratos temporales son también a tiempo parcial.
España sí se beneficia de la reducción en costes laborales, que se llama “mejora en competitividad”, y por lo tanto sus exportaciones van en aumento. Sin embargo, cabe destacar que una gran parte de este incremento se debe a la producción de automóviles gracias a las mejoras en fábricas de Ford, General Motors, Volkswagen o Renault en el país. No obstante, el antiguo director de gestión de Merrill Lynch (Londres) y fundador de la consultora Multa Paucis, César Molinas, advierte que “el gran esfuerzo de estas compañías para exportar se debe a que no pueden vender coches en España. Este fenómeno, en vez de 'exportación', se conoce ahora como 'deportación'. Se venden automóviles en el extranjero, a veces a precios de coste, sencillamente para reducir las pérdidas”. Además, aunque se han creado 2.500 empleos en el sector de automovilístico durante 2013, la situación laboral se ha vuelto más precaria. Los nuevos empleados reciben un sueldo un 16% por debajo de los antiguos y tienen contratos temporales en vez de los permanentes.
De cara al futuro, las generaciones jóvenes tampoco se enfrentan a unas perspectivas esperanzadoras. Según Javier Díaz-Giménez, profesor de IESE, tras la nueva regulación, el valor real de una pensión valorada en 1.000 euros mensuales, podría caer por debajo de 500 euros en 2050.
Todo lo anterior dista de la visión de un futuro “esperanzador” que suele intentar transmitir el Partido Popular. Sin embargo, y aunque todos los datos son correctos, no es una presentación objetiva. Cabe destacar que el titular de este artículo, junto con todas las cifras y declaraciones, han sido recogidos de un artículo publicado hoy jueves con el mismo título, en la portada de la página web World Socialist Web Site.
Para determinar la realidad de la economía de un país, hay que evaluar todos los datos en su conjunto. Por otro lado, un economista tampoco se limitaría a leer el comunicado del Ministerio de Empleo y Seguridad Social.
Jason Martin