A esto contribuyen las dudas persistentes entorno a la cuestión griega. En la jornada de ayer,
La ISDA (Asociación Internacional de Swaps y Derivados), permanece reunida, valorando el papel de los CDS, cuya activación resulta cada vez más difícil de eludir.
Los políticos europeos valorarán el acuerdo durante las próximas horas, al igual que las agencias de rating. Resulta revelador también que los nuevos bonos griegos con vencimiento hasta 2042 (que sustituyen a los que los acreedores poseían hasta ayer) coticen en el mercado gris preliminar a niveles propios de default, con rentabilidades superiores al 17%. El riesgo de que Grecia de adentre en un default incontrolado
La otra gran cita de la semana tuvo lugar ayer, en la reunión mensual del BCE (posiblemente, el agente más determinante en la evolución de las bolsas desde finales del año pasado). De la rueda de prensa de Mario Draghi posterior a la reunión se pudo extraer una conclusión clara: salvo cambio radical en el escenario actual, la generosidad de la Institución Monetaria con los mercados ha llegado a su límite. Con los tipos al 1%, el billón de Euros prestado a los bancos europeos en las dos subastas LTRO, los tres billones de Euros a los que asciende su cartera, y unas expectativas de inflación actualizadas al alza, el BCE renuncia a más medidas extraordinarias, pasando a jugar un papel menos protagonista.
La tendencia de las bolsas ha pasado de alcista a lateral (en el caso del Ibex, de lateral a ligeramente bajista), a la espera de conocer más detalles sobre el último tramo del acuerdo que propiciará el Segundo Rescate a Grecia, y con la amenaza iraní sobre la mesa. La revisión a la baja de las perspectivas de crecimiento chino para 2012 incrementan las posibilidades de que este fin de semana, sus autoridades decreten nuevas políticas monetarias expansivas.