Un dólar generalmente estable. Aunque la divisa estadounidense tiende a revalorizarse en la antesala de los incrementos en los tipos de interés, con frecuencia dicha tendencia se ha revertido una vez que el ciclo de ajuste se encuentra en marcha (Gráfico 7). No obstante, en esta ocasión el consenso dicta que el USD continuará apreciándose al menos durante la primera mitad del ejercicio, una situación que si bien sería asumible, podría resultar perjudicial tanto para el equilibrio de la economía nacional como para la estabilidad del conjunto de los mercados en caso de tener lugar un incremento al alza adicional en dicha moneda. En cualquier caso, el mejor escenario para los inversores consistiría bien en un periodo de estabilidad, bien en una caída del dólar a lo largo del año, ya que ello apuntaría a que el impulso del crecimiento global ha saltado de Estados Unidos al resto del planeta.

- Ausencia de recesión en 2016 Coincidimos con el consenso del mercado en el hecho de que no existe una amenaza inminente de recesión en los Estados Unidos, visión que sustenta nuestras perspectivas ampliamente optimistas para 2016 y nuestra expectativa de que, llegado el momento, partes importantes del mercado High Yield estadounidense y europeo habrán sido objeto de sobreventas. Sin embargo, la debilidad persistente en el sector de la fabricación a escala mundial y los recientes recelos sobre la calidad y la liquidez en los mercados de crédito estadounidenses constituyen, en ambos casos, motivos de preocupación en una coyuntura en la que la renta fija se encuentra en un proceso de transición histórico y potencialmente volátil hacia una política monetaria más ajustada. Por ello, recomendamos a los inversores que permanezcan atentos a cualquier signo que sugiera que parte o la totalidad de estas cuestiones comienzan a “contaminar” la recuperación en su conjunto.

- Debilitamiento adicional del crecimiento mundial derivado de los problemas motivados por los ajustes adicionales en los mercados emergentes, y las fuerzas desinflacionarias procedentes de China.


Los peligros políticos, en especial el referéndum británico sobre la pertenencia del país a la UE, la crisis de la inmigración en Europa y las elecciones generales en los Estados Unidos.