Estados Unidos ha estado presionando a los Gobiernos europeos para dar este paso, pero en el seno de la Unión Europea ha predominado una división en la que se enfrentaban cuestiones políticas con intereses económicos, según fuentes de Washington a las que ha tenido acceso el rotativo británico The Telegraph.
Francia no quiere que esta medida suponga un riesgo para los acuerdos de Defensa que mantiene con Moscú. Mientras, en Alemania temen que Rusia corte el suministro de gas pocos meses antes de que empiece el otoño y en Reino Unido preocupa que las sanciones pasen factura a la 'City'.
Además, desde Bruselas se ve con gran preocupación el aumento de intensidad que se ha registrado en los combates del este de Ucrania, en donde separatistas afines a Moscú siguen plantando cara a las tropas ucranianas, país que firmó hace unas semanas un acuerdo comercial con la Unión Europea.
La institución comunitaria ha estudiado la capacidad que tendría Europa para abastecerse de gas no procedente de Rusia antes de decidirse por aprobar más sanciones. Además, se va a tener un especial cuidado en que este nuevo paquete de sanciones no perjudique a los acuerdos comerciales firmados entre países comunitarios y Moscú.