Los dos peros vendría por el lado de las subidas de la inflación, por los precios de energía, que pueden sembrar dudas sobre los movimientos del BCE. Y el segundo es que hay un consenso en que las bolsas de los países desarrollados lo harán bien y eso hace que todas las apuestas estén de un solo lado. Sigue habiendo muchas incertidumbres, sobre todo en el terreno político.
En plan de resultados empresariales, el hecho de que los precios estén mucho más altos, las ventas haciéndolo bien, da una buena perspectiva de beneficio.
Por el lado del petróleo, pensamos que estará bastante acotado. El argumento clave es conocido: la capacidad de oferta en caso de que los precios suban es alta con lo que no es una fuente principal de preocupación.