Además de reducir la producción, la adaptación de las cementeras a la nueva coyuntura de mercado pasa también por aumentar las exportaciones y reducir las importaciones.
En concreto, las ventas al exterior se elevaron un 80,5% en los meses de enero y febrero, hasta sumar 347.993 toneladas, en tanto que las importaciones se redujeron un 70,7%, hasta los 616.012 toneladas.
No obstante, Oficemen denunció en un comunicado que
Estas importaciones "agravan" la situación que atraviesa la industria cementera española, dado que el cemento de otros países "no tienen las mismas exigencias que España en el Protocolo de Kioto, con menos requisitos medioambientales y sociales, lo que supone una desventaja competitiva para los cementeros del país", según denunció la patronal.