Indra obtuvo un beneficio neto de 120 millones de euros en 2018, un 5,6% menos que los 127 millones de euros de 2017 debido a menores atípicos, mientras que registró incrementos de los ingresos, la contratación, la cartera y el resultado bruto de explotación (Ebitda) y cumple objetivos.

La contratación neta alcanzó los 3.437 millones de euros en el conjunto del pasado ejercicio, lo que supone un 5,8% más que los 3.248 millones de euros que ingresó
en 2017, aunque en moneda local la subida fue del 9,1%.

Por su parte, los ingresos aumentaron un 3,1% en términos reportados y un 5,8% en moneda local, hasta los 3.104 millones de euros, principalmente por la aportación de las adquisiciones, así como por el propio crecimiento orgánico de la compañía. El valor de la cartera de pedidos de Indra si situó al cierre de 2018 en los 4.066 millones de euros, lo que supone un 12,5% más en comparación con los 3.612 millones de euros de finales finales de 2017.

 

 

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