El acuerdo de la UE por el cual ha ofrecido a Reino Unido una breve prórroga del artículo 50 reduce la probabilidad de que la próxima semana no se llegue a un acuerdo. No obstante, aunque el Reino Unido evite una salida sin acuerdo, las consecuencias de la incertidumbre prolongada pesan sobre la calificación crediticias del Reino Unido.

La UE acordó ayer jueves una breve prórroga del artículo 50 hasta el 22 de mayo, inferior a la solicitud del Reino Unido de una prórroga hasta el 30 de junio y condicionada a la aprobación del acuerdo de salida en el Parlamento británico la próxima semana. Si el acuerdo Brexit no recibe la aprobación del Parlamento, la UE está dispuesta a ampliar la prórroga sólo hasta el 12 de abril y, en su lugar, podría ofrecer una nueva prórroga más adelante. Estas opciones hacen poco por resolver la incertidumbre que nubla el futuro político y económico del Reino Unido.

He aquí la explicación en seis puntos clave del analista de Scope Dennis Shen sobre por qué los inversores no deben subestimar el impacto económico a nivel nacional del brexit, a pesar de la fortaleza crediticia de Reino Unido (calificación AA/Negativo):

•             Una breve fase de ampliación del artículo 50 que desemboque en un eventual brexit con el acuerdo de Theresa May en la mano garantizaría una salida ordenada, pero la incertidumbre y sus efectos adversos en la economía del Reino Unido continuarían durante el período de transición.

•             Una prórroga más larga del artículo 50, especialmente más allá del 1 de julio, sería muy complicada desde el punto de vista político y jurídico y tendría implicaciones en los ratings, especialmente del Reino Unido, ya que podría implicar una dimisión en May y una contienda por el liderazgo tory, elecciones anticipadas y/o un segundo referéndum que conduzca a un replanteamiento de la estrategia del brexit.

•             La calificación crediticia del Reino Unido no puede resistir indefinidamente la incertidumbre relacionada con el brexit. Scope estima que el coste económico de este proceso ya es superior al 1% del PIB desde el referéndum de 2016 y sigue aumentando.

•             El rating de Reino Unido podrían correr el riesgo de una rebaja a largo plazo, incluso si el país evita una salida sin acuerdo de la UE si, por ejemplo, los costes de la incertidumbre económica aumentan debido a las preguntas sobre qué tipo de acuerdo comercial puede suscribir el Reino Unido.

•             La prolongada incertidumbre sobre el resultado de las negociaciones de salida a través de una extensión muy corta del artículo 50 podría seguir perjudicando la coherencia de las políticas en Londres y afectando aún más el desempeño económico del Reino Unido.

•             Al mismo tiempo, no queremos restar importancia a las importantes fortalezas crediticias del Reino Unido, que se reflejan en el rating AA del país: La economía ha demostrado ser más resistente de lo que muchos esperaban en el momento del referéndum, la evolución presupuestaria reciente ha sido mejor de lo esperado, y el Reino Unido sigue beneficiándose de la condición de moneda reserva mundial de la libra esterlina.