Este encuentro colaborativo entre desarrolladores y programadores sirvió para presentar sus aplicaciones y probarlas ante los viajeros. La más sorprendente fue Furry Flyers (algo así como "Viajeros peludos"), que consiste en un transmisor que se puede adosar al collar de una mascota. El collar muestra si un perro se escapó de su jaula en el sector de carga y también puede monitorizar la temperatura o el ritmo cardíaco de la mascota, así como emitir vídeo.
Otro de los conceptos es InFlight Social, una aplicación que revisaría las conexiones sociales de los pasajeros en los vuelos. La aplicación podría identificar amigos de amigos de Facebook o las conexiones en común en LinkedIn, lo que la hace muy útil cuando se viaja a una conferencia.
Cuando el smartphone del viajero atraviesa el control de seguridad, por ejemplo, el seguidor recibe una notificación y la aplicación le indica al viajero a qué puerta de embarque dirigirse. Esta aplicación podría utilizarse para que los padres puedan seguir el viaje de menores sin acompañante, o que las familias sigan el recorrido de padres mayores que viajan solos.
LOS NUEVOS DESAFÍOS DEL FUTURO
Además de innovaciones como las tarjetas de embarque disponibles directamente en un dispositivo móvil o la facturación e identificación de equipaje autogestionado, las compañías siguen trabajando en las aplicaciones del futuro.
Por ejemplo, SITA, un consorcio de aerolíneas, y Virgin Atlantic han estado probando las Google Glass, que permitirían a los operarios del aeropuerto escanear tarjetas de embarque con sólo mirarlas.