Las espadas siguen en todo lo alto y las reuniones que se han producido esta semana en París entre Grecia y sus acreedores no han sido muy fructíferas para la solución de este conflicto que cada vez parece más enquistado. La mayor parte de los expertos creen que al ritmo en el que se están sucediendo los avances quizá podríamos ver un avance para la reunión del Eurogrupo del próximo 11 de mayo.

Mientras tanto, los contactos no cesan y los expertos prevén que el miércoles se produzca una reunión telefónica el próximo miércoles entre los ministros de economía para allanar el terreno de cara al Eurogrupo del próximo viernes.
Entre los puntos a discutir, una nueva reforma fiscal y del sistema de pensiones; también se esperan detalles del programa de privatizaciones. Sin embargo, el gobierno del
Alexis Tsipras sigue manteniendo sus reservas ante todo este tipo de peticiones. Aunque ha suavizado las pretensiones que lo llevaron al gobierno hace tan solo unos meses, lo cierto es que sigue sin querer aceptar lo que le piden desde Europa. Los griegos no quieren agachar la cabeza y sin el resto de socios no están dispuestos a seguir negociando con el ejecutivo de Syriza si no admiten una rendición pública.

¿Cederán los griegos ante la falta evidente de dinero que se les viene encima? En Julius Baer calculan que hasta mediados de mayo le vencen unos 3.000 millones de euros y creen que “Atenas tendrá que llegar a una solución pronto”. No hay que olvidar que a finales de este mes de abril, el ejecutivo tendrá que sacar de una caja en la que ya no queda prácticamente nada unos 1.700 millones de euros para hacer frente al pago de los salarios del sector público y las pensiones.

The Wall Street Journal publicaba que Rusia prepara un préstamos de unos 5.000 millones de euros, que podría ayudarles a extender las negociaciones.

Con todo, muchos expertos consideran que al final habrá acuerdo. Lo creen así en Julius Baer, que dicen que “al final el gobierno griego llegará a un acuerdo con sus acreedores para que sea liberado un nuevo tramo del programa de rescate valorado en 7.200 millones de euros”. En esta gestora afirman que en estas circunstancias aseguran que no apuestan por mantener deuda griega hasta que la situación se aclare.

Desde luego, si no consiguen este dinero, o un crédito desde otro país, la situación para Grecia no será fácil, a la vista de los compromisos financieros que se avecinan en los próximos meses.

Gráfico eventos

En Legg Mason afirman que si Grecia se viera obligada a anunciar un impago, el gobierno se vería obligado a acuñar su propia moneda y renegociar su deuda, lo que podría implicar una salida de la eurozona. Explican que no hay precedente de la salida de un miembro desde su nacimiento en 1999.

Con todo, en la firma aseguran que aún hay tiempo para alcanzar un acuerdo de última hora, aunque la capacidad de maniobra es limitada”. 

Según los cálculos que hacen desde Barclays, a finales de diciembre del año pasado, los griegos tenían un efectivo en su caja de 2.600 millones de euros; una cifra que habría disminuido hasta febrero al situarse en 1.700 millones de euros. De acuerdo con los análisis de la firma de inversión, la posición de la seguridad se habría ido reduciendo y eso a pesar de que los atrasos del sector público habrían aumentado hasta superar los 3.200 millones de dólares en febrero.

repagos fmi y arrears


Mientras tanto la posibilidad de un Grexit –salida del euro de Grecia-, sigue aumentando, piensan muchos expertos. Los griegos avisan de que si este país sale del Euro, los mercados comenzarán a preguntarse quién será el siguiente, en clara referencia a los países del sur de Europa.

Entre los que piensan que la posibilidad de que se produzca un incidente que provoque la salida de Grecia del Euro se encuentra Barclays. Ellos aseguran que el hecho de que la posición de los acreedores y del ejecutivo heleno no cambie su postura no ayuda en absoluto.

En este contexto apuestan por vigilar el diferencial de las primas de riesgo de los países de la periferia. Y no están solos.

Explican en Legg Mason que los miedos del Grexit han provocado alzas en la rentabilidad del bono griego y que esto podría contagiarse, de nuevo, a países como España, Italia o Portugal. De hecho, apuntan, que los diferenciales suben desde marzo. Señalan, no obstante, que la rentabilidad de estos títulos siguen cerca de mínimos históricos; eso sí, recalcan, gracias al programa QE del BCE.

contagio de la deuda


Por eso alertan de que Grexit podría convertirse en un movimiento en cadena.  Andrew Belshaw, de Western Asset afirma que “si Grecia deja el euro, las palabras de Draghi ya no serán inviolables. De hecho, dejará de haber un Sistema fijo de tipos. Esto tendrá implicaciones para los países individuales, que tendrán que pagar una prima contra futuras salidas. La salida de Grecia derivaría en mayor volatilidad de las primas de los bonos de la periferia y en una mayor debilidad del euro”, asegura el gestor.


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