La filial ha generado miles de millones de dólares en ganancias para Citigroup y ha pagado cientos de millones de dólares en bonificaciones a sus empleados, incluyendo una de 100 millones de dólares a su director, Andrew Hall, el año pasado. Citigroup, a su vez, trata de conseguir que el gobierno dé luz verde a bonificaciones especiales a otros empleados. Durante una reunión sostenida este mes con el secretario del Departamento del Tesoro, Timothy Geithner, el presidente ejecutivo de Citigroup, Vikram Pandit, defendió las bonificaciones basadas en el desempeño de la acción, que son descritas por los ejecutivos como incentivos de "retención" cuyo fin es motivar a empleados desmoralizados que podrían pasar a firmas rivales, afirmaron las fuentes.

Una persona cercana a Geithner afirmó que el Tesoro no ha tomado una decisión sobre el pago de las bonificaciones de Citigroup. "No es correcto decir que [Geithner] fuera receptivo a la sugerencia", señaló la fuente.

No está claro a cuánto ascenderían las bonificaciones de Citigroup en caso que el gobierno las apruebe. Un vocero del banco declinó referirse a los detalles del plan.

El pedido de Citigroup se produce luego de que el Congreso, la opinión pública y el propio presidente estadounidense fustigaran las prácticas salariales de Wall Street. Las bonificaciones concedidas en American International Group Inc. (AIG) y Merrill Lynch desataron verdaderas tormentas políticas en Washington, que produjeron propuestas que incluían fijar impuestos de 90% sobre algunas bonificaciones.

Citigroup también ha sido el blanco de duras críticas por sus abortados planes para comprar un nuevo jet corporativo. La empresa ha recibido 50.000 millones del gobierno, que también ha acordado absorber la mayor parte de las pérdidas potenciales generadas por 301 billones de dólares (millones de millones) de activos de Citi. El Departamento del Tesoro se convertirá en el mayor accionista de Citigroup con hasta un 36% de sus acciones comunes.

Tras reiterados esfuerzos por estabilizar Citigroup en los últimos meses, el gobierno ahora básicamente ejerce un poder de veto sobre los planes de compensación a los empleados del gigante bancario de Nueva York.

A fines del año pasado, el Tesoro aprobó una serie de bonificaciones para 2008 que eran más modestas que en años anteriores y más orientadas hacia el otorgamiento de acciones en lugar de efectivo.

Los ejecutivos de Citigroup temen que los empleados, que han recibido gran parte de sus bonificaciones principalmente en acciones y que han perdido importantes sumas debido al colapso del precio de la acción de Citigroup, partirán hacia bancos que no enfrentan las mismas limitaciones a las bonificaciones. Tales temores se han intensificado luego de que rivales como Goldman Sachs Group Inc. no ocultaran su intención de devolver el dinero de los contribuyentes lo antes posible.

Andrew Hall, que dirige la unidad de corretaje de energía, ha estado haciendo campaña para separarse de Citigroup y, de esa manera, eludir las restricciones salariales, señalaron fuentes al tanto. Phibro ha sido durante mucho tiempo una unidad autónoma dentro del banco y la remuneración de sus empleados depende de los ingresos que generen. Las restricciones impuestas por el gobierno, no obstante, ahora limitan tales bonificaciones.

El banco estaría analizando planes para convertir Phibro en un fondo de cobertura independiente o abrirlo a inversionistas externos, indicaron las fuentes.

Hall ha demostrado tal capacidad para anticipar las tendencias en los mercados de petróleo y otras materias primas que su diminuto equipo se ha transformado en un motor de ganancias para la división de banca de inversión de Citi. El banco divulgó una ganancia antes de impuestos de 667 millones de dólares en su negocio de corretaje de commodities en 2008 y señaló que Phibro fue el principal responsable.

Los más altos ejecutivos de Citigroup, incluyendo a Pandit y John Havens, quien dirige la filial de banca de inversión de Citigroup, han estado informando a los gerentes sobre las posibles bonificaciones extraordinarias, según fuentes al tanto. Citigroup aún no ha tomado una decisión y contempla varios planes de compensación, sostuvieron las fuentes.

Citigroup no es la única firma de Wall Street que busca evitar las restricciones de pago. Morgan Stanley, que ha recibido US$10.000 millones del gobierno, estudia escindir su negocio de corretaje con recursos propios para que no esté sujeto a las restricciones.