"Este no es un momento fácil para España, que afronta retos económicos de gran magnitud, al igual que otros países", dijo ante numerosos líderes políticos y económicos de Estados Unidos. "Pero España tiene un sistema financiero sólido y fuerte y es el único país desarrollado que no ha visto la crisis de un banco".
Sus palabras parecían dirigidas a desactivar los temores en el mercado por los problemas fiscales en países fuertemente endeudados como España, Grecia y Portugal, lo que ha dañado también al euro.
"Entiendo la situación de Zapatero. Es muy difícil. La crisis en España es muy profunda, notablemente por la situación inmobiliaria", declaró a la radio francesa RTL. "Pero los españoles realmente necesitan hacer un esfuerzo considerable".
España tiene un problema de credibilidad en los mercados de deuda debido a que los economistas ponen en duda las previsiones de crecimiento del tres por ciento en 2012 en las que el Gobierno ha basado sus proyecciones de déficit fiscal. Temen que el país afronte un largo periodo de estanflación, con un tipo de cambio del euro relativamente alto, elevados montos de deuda privada y los efectos de la crisis inmobiliaria.
El Gobierno indicó el miércoles que los déficit presupuestarios para los próximos tres años serán más elevados de lo previsto inicialmente, lo que refuerza los temores de aquellos que creen que tendrá difícil recortar el gasto con un desempleo en el 20 por ciento.
La imagen del país dio un nuevo paso atrás cuando el Gobierno presentó una iniciativa que supondría reducir las pensiones, para horas después decir en un comunicado que era tan solo una idea y no una propuesta en firme.
Además se desdijo al eliminar un párrafo sobre las medidas de austeridad enviadas a la Comisión Europea en el que se sugería aumentar el tiempo de cómputo de la pensión de los 15 años actuales a 25.
Por su parte, la ministra de Economía, Elena Salgado, dijo el jueves que no ve riesgos para el futuro de la zona euro y que los analistas extranjeros que se centran en los problemas de España malinterpretan el papel de moneda única en su economía.