La subida de hoy coincidió con el anuncio de un acuerdo provisional del sindicato United Auto Workers (UAW) con la empresa y el Departamento del Tesoro para reducir los costes laborales, un asunto que se considera clave para que la compañía no tenga que declararse en quiebra el próximo 31 de mayo.
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No obstante, el banco JPMorgan subió uno por ciento, Citigroup y American Express avanzaron un 0,81 por ciento y un 0,71 por ciento respectivamente y Bank of Amercia cedió un 0,7 por ciento.
A diferencia de las dos sesiones anteriores, en las que los principales indicadores se mantuvieron en positivo durante gran parte de la jornada y sólo perdieron fuerza antes del cierre, este jueves la tendencia bajista fue manifiesta desde la apertura.
Los datos que difundió el Departamento de Trabajo reflejaron que la pasada semana se tramitaron 12.000 peticiones de ayudas por desempleo menos que en la anterior, pero mostraron también que una cifra récord de 6,6 millones de personas seguían recibiendo subsidios en la semana que concluyó el 9 de mayo, lo que representa una cifra récord.
El total de 631.000 peticiones en la pasada semana fue además algo superior a lo que esperaban algunos expertos.
También se conoció que el índice de actividad manufacturera en el área de Filadelfia se situó este mes en -22,6 puntos, comparado con los -24,4 puntos de abril, según datos del banco de la Reserva Federal en esa región.
El descenso bursátil no se frenó a pesar incluso de que el índice de tendencia futura de la economía, que elabora The Conference Board y trata de ofrecer una visión de lo que se espera en unos seis meses, subió un punto porcentual en abril, después de siete meses de descensos.
La empresa brasileña Petrobras protagonizó en esta ocasión el acto de cierre de la sesión en el mercado neoyorquino y sus acciones terminaron a un precio de 39,87 dólares, un 2,64 por ciento más baratas que el miércoles.
El barril de crudo de Texas se depreció un 1,59 por ciento y cerró a 61,05 dólares en el mercado de materias primas, en tanto que la deuda pública a diez años bajaba de precio y ofrecía una rentabilidad del 3,37 por ciento.