A esa delicada situación se suma la polémica generada en estos días por la decisión de UBS de levantar el secreto bancario (uno de los pilares de la plaza financiera suiza) de unos 300 clientes de Estados Unidos y entregar sus nombres al fisco estadounidense, que los investiga por fraude fiscal.
El banco fue forzado a revelar esa información tras recibir la amenazada de que se suspendería la licencia de operación en EEUU si no colaboraba, ya que las investigaciones de la Justicia estadounidense indican que el banco ayudó activamente a sus clientes a manipular y esconder información para evitar el pago de impuestos.
Por su parte,
Tras divulgarse la noticia, la acción de UBS inició la jornada bursátil con una fuerte subida, de alrededor del 15 por ciento en las primeras transacciones.
El reemplazo inmediato de Rohner fue bienvenido por los inversores, que consideraron que ofrece mayor estabilidad al establecimiento.