Trichet no quiso dar precisiones sobre cuál será la política monetaria del BCE, más allá de recordar que en la última rebaja de los tipos de interés ya avanzó que el 1,5% decidido no es necesariamente el más bajo posible.
Puso el acento en que, gracias a las medidas de apoyo al sistema crediticio tomadas desde septiembre pasado por la entidad emisora, los tipos interbancarios en la zona euro son inferiores a los de Estados Unidos y los más bajos desde la Segunda Guerra Mundial.
A ese respecto, recordó que las medidas no convencionales, como prestar liquidez sin límites a los bancos europeos y ampliar sus garantías han significado un aumento del balance del BCE en un monto equivalente al 16% del Producto Interior Bruto (PIB) de la zona euro.
"El BCE, al ser muy creíble sobre la estabilidad de precios (...) ha podido tomar las medidas de acompañamiento de la estabilidad de precios", afirmó, antes de indicar que ahora estudia "si es pertinente tomar medidas complementarias" sobre cuya naturaleza no quiso dar precisiones.
En cuanto a la acusación de responsables económicos estadounidenses de que los planes de reactivación económica en Europa son insuficientes, Trichet comentó que "en general, los planes europeos son audaces" y en su defensa dijo que "hay que encontrar el equilibrio" entre las medidas a largo plazo y el mantenimiento de la confianza en la estabilidad de precios a largo plazo.
Preguntado sobre la confirmación de la utilidad de la moneda única en la actual situación, el presidente del BCE respondió que "si el euro no hubiera existido, probablemente se hubiera inventado con esta crisis".