"No hay duda de que la situación en el sector financiero y en la economía real sigue siendo muy difícil", subrayó antes de recordar las medidas tomadas por el propio BCE y por los gobiernos europeos para controlar la situación.
A su juicio, "tenemos que aprender las lecciones de esta crisis", y eso pasa por "un reforzamiento del propio sistema y construir sus propias defensas centrado en tres objetivos: sostenibilidad a largo plazo, una resistencia mejorada y una perspectiva holística".
El segundo objetivo es mejorar la resistencia a los "shock", con reservas de protección para el caso de inflexiones.
Trichet puso el acento en que "la crisis actual es una fuerte y clara llamada para ampliar la regulación y supervisar sistemáticamente todas las instituciones importantes, en especial los fondos especulativos y las agencias de calificación, así como todos los mercados sistémicamente importantes, en particular el mercado de derivados".
A ese respecto, estimó que el marco de regulación armonizado propuesto en Europa para los fondos especulativos y las agencias de calificación "va en la dirección correcta".
Trichet pidió un reforzamiento de la supervisión "macro-prudencial", algo que depende del acceso a los datos (de una mayor transparencia) y de su traducción en medidas concretas.