Reconoció que se había producido un debate "muy franco" sobre este asunto, aunque "todo el mundo era partidario de poner fin a los paraísos fiscales" y que hasta los últimos minutos de la cumbre se debatía todavía la redacción del comunicado.
Habrá reglas sobre remuneraciones de ejecutivos financieros, muy criticados en algunos casos por cobrar primas mientras se hundían sus bancos, y, si no se cumplen, los supervisores bancarios podrán obligarles a aumentar los fondos propios, "lo nunca visto".
Sarkozy destacó la decisión de reformar el Foro de Estabilidad Financiero, que se convertirá en Consejo de Estabilidad Financiera, al que pertenecerán todos los países del G20, España y la Comisión Europea.
Según las conclusiones de la cumbre, este organismo funcionará, junto con el FMI, como uno de alerta temprana de riesgos económicos y financieros.
Sarkozy se declaró "realmente feliz" con los resultados de la cumbre, destacando que por primera vez países tan dispares como China, Arabia Saudí, India y Francia, entre otros, se habían puesto de acuerdo sobre normas tan específicas.