El ente que propone el Gobierno británico no tendría en cambio poder alguno los supervisores nacionales y no dictaría "prácticas de supervisión (muy) detalladas".
En concreto, Darling apoya la creación de un organismo paneuropeo capaz de analizar los riesgos sistémicos y alertar a otros reguladores europeos sobre los mismos, pero no quiere que funcione bajo el paraguas del Banco Central Europeo.
Según el político laborista británico, ese organismo debería ser independiente y responder sólo ante el Consejo Europeo, es decir los jefes de Estado y de Gobierno de los países de la UE.