Al parecer, el órgano comunitario tiene "dudas" de que el plan de reestructuración del banco incluya "medidas suficientes" para corregir las distorsiones de competencia provocadas por las cuantiosas ayudas públicas que ha recibido la entidad para superar la crisis financiera.

El pasado junio, Bruselas autorizó temporalmente una inyección de capital de 875 millones de euros para EBS. Esta medida desembocó en la nacionalización de la entidad, que también se ha beneficiado de otras ayudas como la compra de activos tóxicos por parte de la agencia pública NAMA o la cobertura del régimen de garantías establecido por Irlanda.