En lo que respecta al personal directivo y su Consejo de Administración, está claro que se quedarán muy cortos con las responsabilidades que se están solicitando, no pueden salir inmunes de tamaño descalabro, aprovechamiento y abuso de cargos, hasta hace poco aun sonaban en este mismo periódico las alabanzas a la situación de la entidad de personas que ocupan puestos de responsabilidad e indujeron a error a inversores, clientes y empresas.
Está claro que la principal labor de la intervención es manejar la gestión y saber realmente cuál es su verdadera situación. Y en ese camino el interventor no tiene ningún problema de liquidez, se aporta lo que sea necesario y del riesgo se elimina cualquier atisbo de preocupación futura. ¿Qué quiere decir? Que para ellos –los interventores –siempre será preferible ejecutar una operación parcial o totalmente impagada que, habiendo visos de reconducción, se pueda renovar con otros parámetros o directrices, plazos importes o garantías. Siempre optarán, como lo están haciendo, por la ejecución para dejar lo más allanado posible el camino para el futuro comprador. Ello comporta un daño irreversible para la pequeña y mediana industria de la cual depende. Al no poder proponer mantener o reconducir nuevas operaciones tienen que ir a buscarse las habichuelas a otras entidades y, estando la situación como está, es verdaderamente difícil. Ello provoca una cascada de problemas que en muchas empresas sin recursos o riesgos diversificados pueden ser insuperables .
No quiero decir nada de la situación en la cual quedan los ahorradores que habían invertido sus ahorros en participaciones -ahora abandonados a su suerte- después de haberles prometido el anterior consejo de administración y los propios interventores la compra-. Ahí el principal problema radica en la persona que les ha inducido a comprarlas porque la capilaridad de la entidad en esta comunidad es muy alta y sus directivos son las personas de confianza que vertebran sus negocios, y ahora han quedado a los pies de los caballos. En fin, con estas alforjas no se podrá nunca crear un futuro, si será la mejor opción para que después la compre otra entidad y haga negocio, dado que el proceso de limpieza será tal que no quedaran ni clientes.
Por ello la gestión de la intervención está dando muestras de haber iniciado un camino que no tiene vuelta atrás y los principales perjudicados de esta situación, y de su gestión, serán los que forman el tejido empresarial de nuestra comunidad que ve cortados sus canales de financiación y operatividad que siempre han tenido .
Rafael Montava Molina
Consultor Empresarial