Barroso explicó que en España muchas de las bandas organizadas de fraude electrónico proceden de Europa del Este, y destacó el elevado nivel de seguridad electrónica de las administraciones y empresas del país --en línea con Estados Unidos--, lo que hace que los intentos de fraude se dirijan a los usuarios desprevenidos a través de Internet, el correo electrónico y el móvil.
Los sectores más afectados por el fraude electrónico son las entidades financieras (con robos de datos bancarios), las empresas de telefonía (especialmente en los servicios de recarga del móvil) y las administraciones (estos días un ejemplo son falsas devoluciones de la Declaracón de la Renta).
Además de Barroso, intervinieron en la primera mañana del congreso ponentes de Italia, India, Reino Unido y Malasia. En sus intervenciones destacaron el incremento de los ataques de phishing en el último año, así como la falta de seguros que cubran este tipo de fraude y la necesidad de que se impliquen en la lucha contra estos delitos las empresas que realizan remesas de dinero, como Western Union.
El ponente indio, Rakesh Goyal, de Sysman Computers, explicó que en India existe una extensa red de células de investigación policial en crimen electrónico. Asimismo, expuso que en Pakistan, el fraude electrónico está penado con hasta siete años de cárcel, y el ciber terrorismo con cadena perpetua e incluso la pena de muerte.
El APWG se fundó en 2003 para coordinar a las empresas, las fuerzas de seguridad y las administraciones en la lucha para erradicar el fraude a través de Internet. Actualmente agrupa a más de 1.800 organizaciones públicas y privadas y cuenta con más de 3.200 miembros. Para el congreso de Barcelona, ha contado con el patrocinio de La Caixa y Telefónica.