Según Márquez, el uso de tarjetas de pago dinamiza la economía en general y favorece al comercio en particular, porque anima al consumidor a realizar compras espontáneas, sin planificar, al tiempo que permite pagar con financiación y de forma fraccionada.
Por otro lado, rechazó el "sobrecargo desproporcionado" que algunos establecimientos aplican al cliente por el pago mediante tarjeta en vez de en efectivo. "Algunos comercios han abusado", sostuvo Márquez.
Las tarjetas de pago "contribuyen a girar la rueda del consumo y de la economía", sostuvo el director general adjunto de la patronal de las cajas de ahorros, convencido de que su utilización no sólo ayuda a consumir, sino que además contribuye a luchar contra el dinero negro.
Aunque prefirió no aventurar qué volumen de economía sumergida y de fraude fiscal podría evitar la generalización del uso de tarjetas de pago y la eliminación del dinero en efectivo, Márquez aseveró que "el coste del efectivo lo padecen todos los ciudadanos".
En este sentido, incidió en que las tarjetas son una palanca del desarrollo de la economía que contribuye a la eficiencia productiva y a la seguridad en las transacciones, sobre todo con la migración del parque de tarjetas desde la banda magnética al sistema del chip EMV.
Ahora el 80% del dinero de plástico cuenta con este sistema chip y, según sus cálculos, la totalidad de las tarjetas podrían tener implantado este sistema en el primer trimestre de 2011, una innovación que ha supuesto una inversión global de más de 100 millones de euros a las entidades financieras.
SE REACTIVA EL CONSUMO
Por otro lado, consideró que el uso de tarjetas puede considerarse un indicador adelantado de consumo, y especificó que en diciembre creció un 6% en tasa interanual, lo que significa el primer incremento registrado desde el último trimestre de 2008 y contrasta con el descenso del 4% experimentado en el conjunto de 2009.
Asimismo, según los datos que maneja Funcas, un país podría ahorrar aproximadamente el 1% de su Producto Interior Bruto (PIB) de forma anual al pasar de un sistema totalmente basado en el papel a un sistema de pago de tipo electrónico.
Según especificó el director del gabinete de Análisis Financiero de Funcas, Santiago Carbó, este ahorro lo obtendrían las entidades financieras mediante eficiencias y reducciones de costes y lo trasladarían, previsiblemente y de forma voluntaria, a los consumidores.