En la actualidad, Iberdrola tiene como objetivo fundamental mantener su fortaleza financiera, con más de 9.000 millones de euros de liquidez, y maximizar el valor a largo plazo para los accionistas, manteniendo la actual política de dividendos.
Para ello, la empresa cerró la semana pasada una ampliación de capital por 1.325 millones de euros, que le permitirá complementar las desinversiones previstas y optimizar su estructura de capital.
La emisión,
La eléctrica considera que tanto las desinversiones realizadas como la ampliación de capital demuestran la capacidad y agilidad de Iberdrola para captar recursos en el mercado en circunstancias adversas, lo que le permite fortalecer su balance y mantener el actual nivel de rating 'A', uno de los objetivos prioritarios del grupo.
Iberdrola espera que su deuda se sitúe en entre 25.000 y 26.000 millones a finales de año, frente a los 31.100 millones al cierre del primer trimestre, lo que reforzará su balance a corto plazo.
La captación de recursos en el mercado y a través de la venta de activos permite a Iberdrola mantener el ritmo de inversión prevista, que este año asciende a 4.200 millones de euros.