"La perspectiva negativa refleja el riesgo de una rebaja (de la calificación) en los dos próximos años en ausencia de medidas más agresivas por parte de las autoridades para hacer frente al desequilibrio fiscal y exterior", precisaba ayer la calificadora de riesgos.
Para el secretario de Estado de la Seguridad, los riesgos sobre los que ha advertido S&P se derivan de lo que ha sucedido en Grecia, país contra el que la agencia también ha reaccionado de manera excesiva, pues acaba de cambiar de gobierno y, al menos, habría que dejarle los 100 días de gracia típicos para corregir la situación.
En su opinión, lo que ha hecho S&P es poner de manifiesto que hay que proseguir con la política de consolidación fiscal del Gobierno y hacerlo "con rigor". "Es un informe que advierte de riesgos para dentro de dos años si no se toman las medidas que el Gobierno ha dicho que va a tomar y que mantiene la calificación de la deuda española en un nivel bastante óptimo", insistió Granado.
Sobre las afirmaciones de la agencia de calificación de que son necesarias en España políticas más fuertes, Granado se refirió al "caldo de cultivo" que se ha generado sobre la necesidad de hacer reformas en el mercado laboral, lo cual consideró una interpretación un "poco superficial".
"Es una interpretación un poco superficial porque lo que le está sucediendo al mercado laboral español es esecialmente lo que le ha sucedido al sector de la construcción, donde hay muchos contratos temporales, con indemnizaciones por despido muy bajas y eso lo que ha facilitado es un despido masivo de trabajadores. En ese sentido, pensamos que la agencia está exagerando", subrayó.