Estas medidas, sumadas a la difícil coyuntura, hicieron mella en su resultado consolidado de 2008, que cerró con pérdidas de 59,1 millones de euros.
Por este motivo, los auditores incluyeron salvedades en su informe anual remitido a la CNMV, donde expusieron su incertidumbre sobre la capacidad del grupo para continuar su actividad de forma que pueda realizar sus activos y liquidar sus pasivos por los importes en que figuran en las cuentas.
La auditoría señala que la textil acumula pérdidas pendientes de compensar de 139,6 millones de euros, una deuda total de 61,9 millones de euros frente a un patrimonio neto de 36,1 millones y un capital circulante negativo de 4,5 millones de euros.
De momento, la plantilla, un total de 318 trabajadores, ya se ha visto afectada por la aplicación de un ERE temporal para adecuar la estructura a la demanda existente.