El segundo mayor banco por activos de la economía alemana tuvo que ver como el gobierno metía mano con 18.200 millones, lo que supone un 25% que ahora controla el Estado germano.
La entidad obtuvo un beneficio operativo de 1.100 millones, mientras que su cifra de negocio bruta se situó en 3.600 millones de euros, tras registrar provisiones por importe de 320 millones de euros, una cifra significativamente inferior a la del año pasado.