El anuncio de las subastas de bonos y obligaciones del Tesoro Público para el tercer trimestre debería recortar el retraso del Tesoro. Pese a la elevada cantidad que vence en julio, en agosto y septiembre no hay amortizaciones de deuda a largo plazo. El Tesoro busca, con las emisiones en bonos y obligaciones, alargar la vida de la deuda para aliviar las tensiones.
Así el día 1 de julio se celebró una subasta de bonos a 5 años y el 15 del mismo mes otra de obligaciones a 15 años. El 5 de agosto será el turno para la emisión de bonos a 3 años, mientras que el 2 de septiembre se celebrará una subasta de bonos a 3 años y el 16 del mes otra de obligaciones a 30 años.
El mercado estará especialmente atento a estas emisiones a largo plazo, después de que en la última subasta tuviera que emitir obligaciones a los tipos más altos en 8 años, si bien se pudo colocar toda la cantidad deseada.
Sin embargo, los tipos en el mercado secundario se relajaron tras esta última subasta. Tras rozar el 5% de rentabilidad el pasado jueves, el bono español a 10 rentaba este lunes al 4,45%. El bono a 30 años, que llegó a tocar el 5,9% cotiza ahora en el 5,45%. También en los plazos más cortos –donde la deuda estaba sufriendo más- se han aliviado las tensiones: el bono a dos años cotiza al 2,78% tras haber llegado al 3,3%.
Fuente: www.lacartadelabolsa.com