El banquero alemán reconoció que las medidas expansivas de política monetaria y los estímulos fiscales aplicados por los gobiernos han contribuido a aliviar la recesión y estabilizar la situación de los mercados, pero señaló que "aunque hayan sido necesarios y correctos, no pueden y no deben ser incrementados ni sustituir a una recuperación autosostenible".
Por su parte, los economistas del Servicio de Estudios de BBVA apuntan que el BCE procederá a retirar de manera "muy gradual" la liquidez inyectada al sistema desde el colapso de Lehman Brothers en septiembre de 2008 para evitar el riesgo de recaída en la recesión.
EL BCE MANTENDRÁ LOS TIPOS ESTABLES
Por otra parte, desde Morgan Stanley se prevé que el instituto emisor de la zona euro mantenga los tipos estables hasta el segundo trimestre de 2010, cuando podría comenzar un gradual endurecimiento de su política monetaria que dejaría la tasa en el 1,75% a finales del próximo año.
Asimismo, los analistas de Bank of America Merrill Lynch consideran que las diferentes intervenciones de representantes del BCE sugieren que la institución "no tiene prisa" en subir los tipos, pero buscan preparar a los mercados para un eventual endurecimiento de la política monetaria al hacer referencia a la potencial retirada de algunas medidas de estímulo.
De este modo, los pronósticos de la entidad auguran que la tasa continuará en el 1% tras la reunión del próximo jueves y sólo en 2010 se podrían registrar subidas de tipos, que podrían llegar a situar la tasa rectora en el 2,5% a finales de 2010.
Por el contrario, Citigroup pronostica que las posibles subidas de tipos se retrasarán hasta el último trimestre del próximo año, cuando los tipos de interés podrían llegar a alcanzar el 1,25%.
En este sentido, los analistas del Servicio de Estudios de BBVA van más allá al augurar que la institución presidida por Jean Claude Trichet mantendrá el actual nivel de tipos hasta "mediados de 2011" como consecuencia de la fragilidad de la recuperación económica de la eurozona y de las previsiones de que la inflación se mantenga por debajo del objetivo de la institución. Como consecuencia de estas perspectivas, consideran poco probable que se produzcan variaciones significativas en el nivel del Euríbor hasta la segunda mitad de 2011.