"¿Estamos haciendo todo lo que podemos para defender los intereses europeos?", se preguntó Barroso, que apostó por una visión "a largo plazo" de dónde se quiere situar la UE.
A su modo de ver, los desafíos que plantea la crisis económica y financiera así como el cambio climático y la seguridad energética son "demasiado" considerables como para no cambiar la manera de hacer las cosas.
Admitió que en su nuevo mandato habrá importantes desafíos y que el colegio de comisarios ha perfilado un programa "ambicioso" en ámbitos como Justicia e Interior, no sólo para luchar contra el terrorismo y la delincuencia organizada sino también para buscar un enfoque común ante la inmigración.
Habló igualmente de que las nuevas perspectivas financieras que negocien los 27 se centre en la "calidad" del gasto. No es el momento, tampoco, de que las diferentes instituciones europeas vayan por "caminos distintos".
"Tenemos que ser audaces. No podemos seguir haciendo más de lo mismo, tenemos que buscar orientaciones a largo plazo", agregó tras apostar por convertir en un éxito la "aventura europea".
PETICIONES DE LOS GRUPOS
Por su parte, el presidente del Grupo Popular Europeo, el francés, Joseph Daul, que adelantó el apoyo de sus eurodiputados a la investidura del equipo de Barroso, aludió al contexto en el que tendrá que trabajar la nueva Comisión, a la que pidió centrarse en los los problemas de los ciudadanos golpeados por la crisis.
En nombre de los socialistas, Martin Schulz, crítico con el jefe del Ejecutivo comunitario, a quien acusó de usar el principio de 'divide y vencerás', evitó adelantar el sentido del voto de su grupo y le pidió actuar como un órgano colegiado y no como una "dirección administrativa".
"Necesitamos una Comisión fuerte, ambiciosa, capaz de funcionar, que cuente con una amplia mayoría del Parlamento y no que esté cortada a la medida de Barroso", dijo.
El presidente de los Liberales, el belga Guy Verhofstadt, reclamó al nuevo Ejecutivo "arrancar" lo antes posible y ser el "motor" de la UE, algo que a su juicio, no ha sido el caso en los últimos cinco años. "Sea ambicioso", le dijo. El liberal belga propuso seguir la iniciativa de la presidencia española de la UE y proponer una "fuerte" gobernanza económica europea.
Como ocurre tradicionalmente en los debates de la Eurocámara, las palabras más ácidas y enérgicas las pronunció el líder de los Verdes, Daniel Cohn-Bendit, que no dudó acusar a sus colegas socialistas de "coalición de hipócritas" por criticar a Barroso pese a haber apoyado su nombramiento.
Cohn-Bendit cuestionó además la falta de solidaridad de la CE con Grecia o con España, cuyas finanzas públicas están atravesando una difícil situación, y achacó los problemas griegos al abultado presupuesto de defensa por el conflicto que mantiene con Chipre.
También tuvo duras palabras para la Alta Representante de la Política Exterior y la Seguridad Común, Catherine Asthon, y su respuesta ante el terremoto de Haití. "Usted lo encuentra todo importante, pero eso no hace avanzar nada", le espetó. "Cada vez que tenemos la posibilidad de una Europa política, la dejamos escapar", lamentó.