De hecho, los compromisos financieros del país se acumulan en los próximos meses y hay quienes piensan que es cuestión de semanas que Grecia se quede sin efectivo en su casa para pagar a sus funcionarios, pensiones…

Es por eso por lo que los expertos ya han comenzado a poner la cuenta atrás del cronómetro a la espera de una solución de último minuto. “Tampoco está claro si otro intento de solución política en la reunión del 21 y 22 de mayo podría tener éxito”, dicen en Barclays.

“Creemos que los compromisos políticos necesarios para llegar a un acuerdo sólo serían posibles después de una crisis de gobierno en Grecia que sirviera de catalizador para un cambio político”, afirman estos expertos que acaban de publicar una nota para sus clientes.

Consideran que aunque se alcanzara un acuerdo en el último minuto las dinámicas del proceso posterior serían muy inciertas. “Sin un acuerdo Grecia podría terminar saliendo de la eurozona y esto llevaría a un default y control de capitales”, alertan.

Aseguran que a pesar de los últimos progresos que se han alcanzado, permanecen los desacuerdos con las instituciones. De hecho, dicen en la entidad “aunque se negocie un acuerdo en el último minuto, esto implicaría un cambio radical con respecto a las promesas que hizo el actual ejecutivo para llegar al gobierno, lo que los llevaría a una crisis, y eso terminaría con un cambio de la situación actual”, afirman.

Explican en la entidad que ese cambio político emergería a través de:

1- Un cambio de gobierno que llevase aparejado la salida de los miembros más radicales.
2- Un referéndum
3- Elecciones anticipadas


En el banco creen que el escenario más probable es el primero, ya que sería el menos disruptivo y permitiría a Grecia acogerse a los términos del acuerdo del rescate antes de que finalice Junio. “Creemos –dicen en Barclays- que el Eurogrupo podría encontrar fórmulas para financiar temporalmente al gobierno”.

Los analistas piensan que el resto de escenarios serían más problemáticos, ya que conllevarían más tiempo y Grecia no llegaría a tiempo para hacer los pagos de la deuda del 20 de julio. Esto conllevaría controles de capitales, por ejemplo y aumentarían los riesgos de un default.

Consideran en la firma que en los últimos meses se ha producido un cambio en el sentimiento de la población helena. Un cambio que podría facilitar los compromisos políticos. El apoyo a las estrategias de negociación del gobierno, según Barclays, ha caído desde el 75% en febrero al 35% en mayo. Además, un 70% de los griegos quiere permanecer en la eurozona.

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