Sin embargo, el funcionario agregó que los mercados financieros se encuentran en "una etapa temprana de reparación" y que la ansiedad ha disminuido.

Geithner dijo además que el polémico esfuerzo del Gobierno para ayudar a los inversionistas privados a comprar activos con problemas, considerados por muchos como "tóxicos", no ha sido abandonado y que su futuro depende en gran medida de la forma en que el mercado utilice esa línea de crédito.

El secretario agregó que el plan del Gobierno para reformar el sistema regulatorio del sector financiero está diseñado en gran medida para corregir los vacíos en el viejo régimen y asegurar que una crisis como la actual no ocurra nuevamente. "Es cierto que uno quiere tener un sistema en el que la innovación sea rica y saludable", pero "no logramos un buen equilibrio" entre las reglas y los riesgos en años recientes", dijo.

"No vamos a regresar a donde estaba. No podemos darnos el lujo de regresar a donde estaba", afirmó Geithner. "La única senda hacia un sistema más estable será más capital en el sistema y mayores limitaciones a la toma de riesgo, aplicados más equilibradamente".

El secretario del Tesoro dijo que cree esto puede lograrse sin limitar demasiado al sistema financiero. "No lograremos un equilibrio perfecto", pero la reforma puede lograrse "sin privar a la economía de los beneficios de la innovación financiera". Los cambios que divulgará el Gobierno tendrán que ver con "ser más listos, estrictos, mejores y más capaces de adaptarnos mejor a la innovación cuando esta ocurra".

Geithner formuló sus comentarios durante un encuentro en la sede de Time Warner, en Nueva York. El secretario habló tras la reunión de los ministros de finanzas del Grupo de los Ocho celebrada durante el fin de semana.

En esa reunión, las principales autoridades financieras del mundo discutieron las formas en que sus respectivas naciones podrían comenzar a poner fin a los varios esfuerzos de estímulo y rescate bancario implementados durante la peor crisis financiera desde la Gran Depresión. El Gobierno está enfrascado en esfuerzos para implementar un cambio radical del sistema regulatorio del sistema financiero estadounidense. Muchos creen que la plétora de autoridades, junto con unas políticas inefectivas fueron un factor clave para el desplome de sector financiero.