El régimen chino, que ha negado su implicación en el ataque, exige censurar contenidos relacionados con temas "delicados" como la matanza de estudiantes de Tiananmen, la represión en Tíbet y Xinjiang y otras violaciones de derechos humanos, una limitación a la que accedió Google en 2005, como hicieran Yahoo o Microsoft.
La censura atañe, además de estos contenidos políticos, a la pornografía, que prolifera en la mayoría de portales locales.
Natkin recomendó entonces a Google que abandonara sus negocios en mandarín y mantuviera el buscador en inglés, como puede suceder.
En la última semana la prensa de EEUU señaló que la posibilidad de que Google abandonara China era de un 99,9%, citando a fuentes de la compañía, después de que Schmidt dijera que el resultado de las negociaciones con Pekín se sabría pronto.
La posible clausura de los negocios de Google en chino se produciría antes de que caduque su licencia de contenidos en abril, un documento que permite operar a las firmas extranjeras de internet en China que tenía que ser revisado por el Ministerio de Industria y Tecnología de la Información.
El ministro de esta cartera, Li Yizhong, señaló este mes que Google "tiene la libertad de irse o quedarse", pero que en caso de marcharse, "el sector chino de internet no se verá afectado".
El diario Global Times informa hoy de que el principal rival de Google en China, el buscador local Baidu, aumentó su cuota de mercado en 2009 hasta un 76%, mientras que la de la empresa estadounidense se redujo desde un 20,7% hasta un 18,9, un nivel superior al que jamás alcanzaron American Online, eBay o Yahoo en China.
Al mismo tiempo, el Gobierno chino ha retirado de su web una carta firmada supuestamente por 27 socios publicitarios de Google en China que reclamaban compensaciones por su posible abandono, difundida profusamente por la prensa estatal, después de que 22 de esas firmas dijeran que no tenían nada que ver con la misiva.