En este sentido, la calificadora de riesgos ha revisado a la baja sus pronósticos de crecimiento para Portugal, cuyo PIB podría estancarse en 2010, como consecuencia en parte de la dependencia de Portugal en el pasado del exterior para financiar su crecimiento, un recurso cada vez más escaso.
De este modo, S&P espera que la deuda del Gobierno continúe incrementándose rápidamente, hasta el 95% del PIB en 2013, frente al 66% de 2008. Además, apunta que los desequilibrios fiscales y el alto endeudamiento colocan a Portugal en una posición "vulnerable" a los cambios en la confianza de los inversores.
"La perspectiva 'negativa' sobre Portugal refleja nuestra opinión del potencial de una nueva rebaja si el déficit y el nivel de deuda superan nuestras expectativas y si las medidas de consolidación no son aplicadas completamente", dijo Stukenbrock.