En concreto, la agencia observa riesgos a la baja respecto a las previsiones de ingresos manejadas por el Gobierno ya que, como en muchas economías ricas, la base fiscal de España es muy sensible a la demanda doméstica y ha sido muy sensible al sector inmobiliario, que llegó a aportar aproximadamente más de la mitad del aumento de la recaudación fiscal entre 1995 y 2007. "Probablemente ninguna de estas fuentes será un contribuyente fuerte al crecimiento de los ingresos durante años", advierte la agencia.
DÉBIL CRECIMIENTO DEL PIB EN LOS PRÓXIMOS AÑOS
No obstante, la agencia destaca el significativo recorte de los desequilibrios de España respecto al resto del mundo, ya que el déficit por cuenta corriente prácticamente se redujo a la mitad en 2009 en gran parte por la acusada contracción de las importaciones.
"Estimamos que el déficit por cuenta corriente se mantuvo en 2009 en un manejable 5% del PIB y, dado que las exportaciones representan casi un 25% del PIB, el margen para una recuperación robusta y relativamente rápida liderada por las exportaciones "parece limitado", mientras se espera que el desempleo continúe por encima del 15% durante el horizonte temporal analizado.
Además, la calificadora de riesgos apunta que el prolongado ajuste económico y el consecuente deterioro en la calidad de los activos continuarán poniendo a prueba la resistencia del sistema bancario español.
"Nuestra estimación del coste fiscal acumulado para el Gobierno del apoyo al sistema financiero es el 5% del PIB" por las necesidades financieras contraídas por el Fondo de Reestructuracion Ordenada Bancaria (FROB) y el Fondo de Adquisición de Activos Financieros.