El banco que preside Emilio Botín pretendía captar unos 1.500 millones de euros entre inversores institucionales con este fondo, con el objetivo de movilizar inversiones de unos 5.000 millones de euros.

El fondo de inversión suspendido por la entidad entró en Chile junto a Abertis para comprar a ACS sus participaciones en las concesionarias chilenas Autopista Central (48%) y Rutas del Pacífico (50%), por un importe de 728 millones de euros. Asimismo, este vehículo adquirió la mayoría del capital de la tercera compañía de agua chilena, Aguas Nuevas, por un importe de 350 millones de dólares.

Según explica la prensa, la estrategia del fondo consistía en tomar participaciones minoritarias a las que exigía altas tasas de rentabilidad, así como la posibilidad de salir del proyecto en unos diez años.