De hecho, es una señal muy importante del carácter puramente político de la corrección italiana el hecho de que los bonos italianos han tenido un comportamiento (-9%) mucho mejor que los otros periféricos (han caído de un -16% a un -65% frente al Bund). La aparatosa y urgente reunión de Van Rompuy lo confirma.
Y es que la crisis periférica está dando muy interesantes oportunidades de compra a corto plazo en cada una de sus reediciones. Desde el inicio de la crisis Italia ha mostrado una correlación importante con otros periféricos como Grecia, Portugal, Irlanda y España, a pesar de que el PIB de Italia crecerá este año en la media Europea, muy por encima de otros periféricos. Si a ello le añadimos el hecho de que el déficit italiano es el cuarto más bajo de Europa (3.9%) y que los Italianos son ahorradores netos (la deuda de los consumidores /PIB es de solamente un 39% frente el 84% de España), hay que concluir que Italia no está tan mal como apuntan algunos analistas.
Del lado hipotecario, en Italia las hipotecas están referenciadas a los tipos a largo, al contrario que en España, donde el 95% se vinculan a la evolución de los tipos a corto, por lo que para los italianos, ahorradores y/o hipotecados, las subidas de tipos tienen un efecto positivo.
Una estrategia más conservadora sería combinar posiciones largas en el MIB contra cortos en España, Grecia y Portugal.
Estrategias en definitiva para rentabilizar unos recortes que responden a criterios políticos y han llevado a las acciones italianas a tocar fondo, dejando la bolsa Italiana a precios casi griegos, aunque con mejores fundamentales y unos bancos ya recapitalizados o en dicho proceso.