Con todo, en el marco de la refinanciación, la empresa vendió a las entidades financieras inmuebles por valor de 380 millones de euros, cifra que supuso una pérdida del 5% respecto al valor de estos activos en libros, según trascendió hoy. Asimismo, dejó todos sus activos en garantía hipotecaria.
Además, Renta Corporación tuvo que aportar cuatro millones como fondos propios, que dio el equipo gestor a través de un préstamo participativo, y que ahora estudia capitalizar a través de una ampliación de capital. También se contemplan otros motivos, sin especificar, para ampliar el capital este año.
La cartera vieja, por valor de más de 300 millones de euros en activos adquiridos antes de finales de 2007, se gestionará y desinvertirá con el objetivo de no contabilizar pérdidas. Así, se destinará al alquiler, a la espera de que los activos depreciados recuperen valor, mirando a un horizonte de entre uno y tres años.
Los fondos propios de la inmobiliaria son actualmente de unos 86 millones, y no prevé ampliar las plazas en las que opera --España, París, Londres, Berlín y Nueva York--, así como tampoco reducirlas. Los activos actuales se reparten en un 63% edificios y un 37% suelo (por valor de 116 millones y situado en las ciudades de Barcelona y Madrid).