2. ¿Me conviene amortizar mi hipoteca? Cada caso es distinto porque cada familia parte de una situación financiera distinta. En general, el mundo entero está intentando reducir su deuda, pero si nuestra financiación es adecuada (coste, plazos, saldo pendiente de amortizar...), no hay porqué ir corriendo a levantar el préstamo. A lo mejor podemos encontrar inversiones seguras que rindan más que el coste de la hipoteca. En ese caso mejor no cancelar, sobre todo teniendo en cuenta que las amortizaciones de los préstamos hipotecarios en los próximos años pueden beneficiarse de la deducción por inversión en vivienda habitual.
3. ¿Me afectará al Impuesto de Patrimonio? Sí, el Impuesto de Patrimonio nos afectará. Tanto si lo invertimos como si lo mantenemos en efectivo, pasará a formar parte de nuestro patrimonio y, por lo tanto, desde este año 2011 estará sujeto al impuesto si supera, junto al resto de nuestro patrimonio, los límites exentos. Es decir, el de 700.000 euros de mínimo exento general y el de 300.000 euros de vivienda habitual, sin perjuicio de la regulación que haya establecido cada comunidad autónoma respecto a estos límites y otras bonificaciones. Por ejemplo, en Madrid y Valencia se ha aprobado la bonificación del 100% del Impuesto.
5. Vigile y cuide bien su dinero. Todos los puntos anteriores no tienen ningún sentido si no cuidamos y gestionamos bien nuestras inversiones. Como las inversiones no son algo estático, es importante contar con un sistema de seguimiento y evaluación que permita tomar decisiones adecuadas teniendo en cuenta todos los factores, las variaciones de mercado y los cambios en nuestras circunstancias personales.
6. El concepto inversión va asociado al largo plazo. Un asesor financiero le puede ayudar a adecuar las inversiones que mejor se adapten a sus necesidades teniendo en cuenta el horizonte temporal. Invertir a corto plazo es igual a especular. Un asesor financiero cualificado que nos acompañe en la planificación de nuestras finanzas personales puede resultar muy útil para mantener el patrimonio en buenas condiciones. Sólo un dato: según las estadísticas, tres cuartas partes de los ganadores de la lotería al cabo de cinco años tienen mucho menos dinero del que les tocó.