Pero pedir prestados títulos para poder vender cuando crees que algo va a bajar o simplemente el mercado valora por encima de tus expectativas un activo, es perfectamente lícito desde mi punto de vista. Además el prestamista de títulos no puede tocarlos de su cartera y cobra una comisión por ello. "Por lo tanto, no hay efecto multiplicativo ya que se invierte con el mismo número de acciones en circulación. Prohibir dicha operativa es cambiar las reglas del juego", reconoce el último informe.
Y prosigue: lo próximo qué será, ¿obligar a mantener en cartera los títulos comprados al menos 1 mes antes de venderlos? El que vende en corto está jugándose su dinero igual que el que se pone largo. Lo que debemos buscar es “convencer” que su apuesta negativa no será rentable y que los activos terminarán subiendo sus precios. Matamos moscas a cañonazos.